Semifinales

El resultado de la segunda vuelta en las elecciones francesas tiene su parte mala, y no solo para Putin. Si la ultraderecha hubiera ganado y Jordan Bardella, el chavalín ágrafo que le sirve el pastis a la tía Marine, se hubiese convertido en primer ministro, ... tendríamos la Eurocopa ganada. En aras de una mínima coherencia xenófoba, lo primero que hubiera hecho el Frente Nacional –o como demonios se llame ahora– es mandar un batallón de gendarmes bigotudos a Alemania para deportar a los jugadores Mbappé, Camavinga, Tchuaméni, Maignan, Dembélé, Samba, Mendy, Upamecano, Koundé, Saliba, Hernández, Konaté, Kanté, Zaire-Emery, Fofana, Muani, Thuram, Conan y Barcola. De este modo, reducidos 'les bleus' a Griezmann y un par de defensas macilentos y torpones, pero alimentados a croissants desde la infancia, les ganaríamos 16-0, con el pobre Deschamps pensando en hacerse vasco a tiempo completo mientras ve caer los goles de Nico, de Lamine e incluso, ya en plan recochineo, de Morata.