La gente se está metiendo mucho con los diputados del PP y de Vox por haber apoyado una ley que facilita la excarcelación temprana de varios etarras. Algunos maledicentes han llegado a sospechar que sus señorías no saben leer, aunque ese es un bulo que ... debemos desmontar de inmediato. Según las estadísticas oficiales, la tasa de analfabetismo en España no llega al 2%, así que, aplicando una sencilla regla matemática, nos sale que, como mucho, solo uno o dos diputados del PP no sabrían leer. Ya sería mala suerte que fueran los de la comisión de Justicia.

Publicidad

Tampoco creo que deban dimitir. Convendría, sin embargo, introducir algunos cambios en el reglamento de la Cámara. Es inadmisible que los textos legales sean tan largos y lleven gerundios y oraciones subordinadas, aunque en este caso hayan tenido la cortesía de poner las enmiendas en negrita. Qué menos que subrayar las frases clave con un rotulador fluorescente y con un post-it amarillo que ponga: ¡¡¡Ojo peperos!!! Ahí se ha visto la mala índole de este gobierno. Lo lógico sería introducir en el articulado dibujitos para colorear que hagan más amable la lectura. Si los diputados del PP hubieran visto una caricatura de Txapote al lado de la enmienda de Sumar, seguro que habrían atado cabos. ¡Menudos son!

Los cronistas más suspicaces han cuestionado también el trabajo de los asesores parlamentarios. Leo que entre los del PP y los de Vox apenas suman 125. Necesitamos más. No pueden estar a todo. Imagínense que, por estudiarse a fondo un proyecto de ley, se les queda frío el café con leche o, peor aún, dejan por unos minutos de cumplir con su principal labor: hacer la pelota a los jefes con entrega y delectación.

--

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad