Derecho de pernada

También a Echenique le está faltando un poco de finura jurídica en este asunto. Oyéndole, parece que antes de la aprobación de esta norma todavía regía en España el derecho de pernada y que uno podía darse sin miedo ni tasa a las violaciones. Don Pablo ha insinuado que si se cambia la ley volveremos a los tiempos de la Manada, dando la impresión de que aquellos criminales siguieron pastando tan ricamente por las discotecas. Creo recordar, sin embargo, que al final les cayeron quince años.

Sospecho que si esta ley la hubiera aprobado Vox, a estas alturas estaríamos todos en las calles con pancartas, abochornados. Pero España, a efectos dialécticos, tiene la ventaja de ser un país en el que la realidad importa poco, mucho menos que los colores, y por eso tanta gente que se echó a las plazas después de lo de la Manada exigiendo penas más duras para los violadores ahora se posiciona muy dignamente en contra del populismo punitivo y asume las rebajas de condena como si fueran imprevisibles fenómenos atmosféricos, probablemente debidos al calentamiento global, contra los que ni siquiera el admirable Ministerio de Igualdad puede luchar.