Mi sobrino Gael participó este verano en un campamento llamado Rutas del exilio y argumentó en su carta de motivación que estaba interesado en el tema porque su tía era bastante pesada con la memoria histórica. Así que durante 15 días, acompañado de otros cincuenta ... adolescentes, mi vehemencia le permitió recorrer los caminos que llevaron al exilio, tras la guerra civil, a miles de españoles y españolas. Gael regresó impactado por lo que había descubierto de esa parte tan triste de la historia de España.

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Ahora que todos hablan de la princesa Leonor y la 'leonormanía' a mí me llama poner el foco en mi sobrino que es de la misma generación. Por cierto, que ella también ha participado este verano en un campamento. Pero de otra índole. Lo sé porque todas las cadenas, sin excepción, han emitido imágenes de la heredera al trono arrastrándose por el suelo con un fusil o jurando bandera. También mi sobrino anduvo durante horas a pleno sol, pero sus proezas no abrieron ningún telediario. Algo absolutamente lógico, Leonor es hija de un rey y Gael de un humilde albañil. Como les digo parece que a todo el mundo le interesa Leonor menos a mí. Y que conste que no tengo nada personal contra la muchacha. Se le ve responsable y por suerte nada tiene que ver con las conductas poco ejemplares de sus ilustres antepasados. Estoy segura de que se formará en las mejores universidades del mundo. En cuanto a mi sobrino, ningún periodista se ha interesado por sus planes pero toda la familia sabe que a Gael le apasiona el atletismo y le gustaría ser profesor de educación física. Le hemos advertido que tendrá que esforzarse muchísimo y que sus padres deberán hacer frente a grandes gastos. Y que además no le quedará otro remedio que preparar oposiciones. Sin embargo su coetánea Leonor para ser jefa de estado no tendrá que opositar ni siquiera será necesario que se presente a unas elecciones como en países como Francia o Alemania.

Ustedes pensarán, con razón, que tampoco les interesa la vida de mi sobrino. No se preocupen que no hay ninguna «gaelmanía», pero me refiero a él y a esos chicos y chicas que tendrán que luchar y esforzarse para salir adelante. Me preocupan las tasas universitarias, los alquileres de los pisos para estudiantes. Incluso los efectos del cambio climático. Y por eso defiendo una igualdad de oportunidades. Porque de la educación y formación de esas personas que ahora rozan la mayoría de edad dependerá la prosperidad y el progreso de este país.

En cuanto a la princesa Leonor, igual me equivoco, pero por muchos campamentos que haga tendrá poco contacto con la realidad y es muy posible que viva en una burbuja. Así que quizá, y dicho sea de paso, la única ruta del exilio que le resulte familiar sea la de Abu Dabi.

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