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La rebaja en las previsiones de crecimiento para España anunciada ayer por el FMI representa una señal de alerta para el nuevo Gobierno. El FMI advierte de que la desaceleración en nuestro país es más intensa de lo esperado y pronostica que crecerá sólo el ... 1,6% este año y el próximo. El informe presentado en el Foro de Davos dibuja un panorama de persistente incertidumbre, aunque apunta más a un largo periodo de ascensos moderados del PIB global que a una recesión. El debilitamiento aconseja cautela y una actuación ortodoxa por parte del Ejecutivo de Sánchez. El desbocado endeudamiento y un déficit muy superior al comprometido con Bruselas le conceden un escaso margen para políticas expansivas. Pero tan ilógico como obviar la ralentización es alimentar un alarmismo para el que no hay motivos.
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