Pesadilla en otoño

El Gobierno de La Rioja ha decidido prorrogar durante 15 días más las restricciones y las recomendaciones que había acordado para tratar de contener el virus. Los datos muestran que, pese a todos los esfuerzos desplegados, la curva sigue creciendo y el sistema hospitalario siente ... otra vez la presión del coronavirus. El anuncio de que el Sistema Riojano de Salud restringe a la mitad las intervenciones quirúrgicas para dejar espacio a los enfermos más críticos de COVID supone un duro golpe para muchos riojanos que llevaban tiempo esperando para someterse a una operación. El Ejecutivo no puede únicamente culpar de esta impetuosa segunda ola a las «peculiaridades» de los riojanos, como hizo el martes la presidenta, sino que también debe examinar en qué ha fallado. Si en marzo el Ejecutivo podía mal que bien escudarse en la sorpresa, en octubre no caben excusas. Es cierto que ahora se cuenta con equipos de protección y pruebas diagnósticas, pero la saturación de Atención Primaria –piedra angular del sistema sanitario– supone una hipoteca importante en vísperas de un otoño que se anuncia terrible, cuando las habituales oleadas de la gripe y de los catarros comunes se mezclen con el COVID. Quizá las meras «recomendaciones» del Gobierno no sean ya suficientes para evitar un nuevo caos sanitario.