Una persona como todas las demás

Noelia Frutos sufre ADEE (acondroplasia y otras displasias esqueléticas con enanismo).

Lo que padece García-Gallardo, si es que padece algo, lo desconozco. Aunque me atrevería a apuntar algunas trazas.

No hace falta profundizar en sus manifestaciones para dibujar el perfil. Llegaríamos fácilmente a la descalificación del personaje simplemente a través de la descripción. Así que, sin ahondar, podríamos convenir que García-Gallardo es una persona como todas las demás: sí, como todo ese grupo de personas que eluden rectificar, o que culpan a los medios de comunicación de sus afrentas para afirmar, qué original, que sus palabras están sacadas de contexto, que se ha manipulado...

El número 2 de Alfonso Fernández-Mañueco (PP) no pide perdón. «Desde luego, me ratifico en ellas», ha defendido el líder regional de Vox. Por si cabía alguna duda.

Tiene eso, sí, quien le tutela públicamente. Por la cuenta que le trae al tutelante, es de suponer. El propio presidente de la Junta de Castilla y León, cariacontecido, le apagó el micrófono en la sesión parlamentaria quizá en un intento de que García-Gallardo no siguiera con el renque que había cogido. Después, Fernández-Mañueco, a quien sostiene Vox, hizo un amago de pedir perdón... «si alguna persona se ha sentido ofendida». Rozando el larguero.

En los colegios hablan a los niños de personas con diversidades funcionales, para evitar lenguajes peyorativos. La semántica queda incluso en segundo plano cuando lo que se evidencia es misantropía pura y dura.

Alguien por ahí (muchos, demasiados) olvida que todos somos iguales. Es más: que todos somos igual de iguales.