Los perros y la concertada
A PROPÓSITO ·
Secciones
Servicios
Destacamos
A PROPÓSITO ·
Hay dos cosas que no termino de descifrar según viajamos hacia la fase II. Una es lo de los perros. Ni imagino dónde se ha podido meter esa miríada de canes cuyas pupilas perrunas me perseguían durante unos milisegundos a cada hora de cada día ... cuando circulaba ida y vuelta al trabajo. Llegué a soñar en una invasión de extraterrestres caniformes cuadrúpedos digitígrados. Avanzar a la fase I y desvanecerse tal exceso fue todo una. Volvió la vieja la normalidad. Perros tirando de su dueña. Perros atados a la puerta del súper. Perros olisqueando dónde mear. Pero nada que ver con lo del tiempo cuando un chucho era un pasaporte al callejeo. Lo otro que no me alcanza es lo de mi respetado Luis Cacho y su implacable obsesión con la concertada. A lo Henar Moreno, que la traía de serie. Como la procacidad: «No se olvide de quién le ha puesto ahí». Un ejercicio de memoria que el consejero se encarga de avivar con keroseno y cerillas. La anormal normalidad.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.