Era la tónica habitual: mientras los portavoces de los grupos parlamentarios debatían las enmiendas a la totalidad al proyecto de Presupuestos de cada año, los negociadores del PNV se alternaban con los del partido en el Gobierno para cerrar el acuerdo que aseguraba el respaldo ... vital de los nacionalistas vascos a las cuentas.

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Es lo que durante muchos años, Josu Erkoreka, antecesor de Aitor Esteban en la portavocía en el Congreso, llamaba «el precio del PNV». Una tarifa que se medía en millones de euros en inversiones o en ampliación de capacidades competenciales. Algunas prebendas llegaban de inmediato y otras se hacían esperar.

Fue el caso del 'blindaje' de su Concierto Económico, una vez derrotadas las 'vacaciones fiscales'. Trece años les costó a los peneuvistas ver cumplido su sueño, pero finalmente se hizo realidad.

En 2021, Bildu le ha arrebatado al PNV su posición como socio preferente del Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, una nueva correlación de fuerzas que trasciende del ámbito nacional (garantizar la legislatura) al autonómico, pues los 'jeltzales' ya sopesan un tripartito de izquierdas en el País Vasco que les desahuciaría de la 'lehendakaritza'.

En mi opinión, la retirada del proyecto para volar la DOCa Rioja es consecuencia de esa pérdida de dominio. Ahora bien, el PNV tiene memoria, no soporta la humillación y, como el perro que protege el caserío, nunca baja la guardia: volverá a la carga sobre el tema. Así le cueste otros trece años.

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