Secciones
Servicios
Destacamos
Yo sé, amado lector, que usted no es de ésos. Así que entienda por favor que cuando me dirijo a usted, en realidad no le hablo a usted, sino a otro. Porque sé que usted cumple. Seguro.
Así que, cuando digo «¿se puede saber en ... qué carajo está pensando?» en realidad no, no me refiero a su persona de usted. Hablo de esos logroñeses que estos días, «de forma generalizada» según la Policía que intenta controlarlo, se están pasando por el arco del triunfo las normas del confinamiento, de las horas, las personas y los lugares. No es usted, lo sé, quien sale de seis en seis, quien queda con los cuñados, quien se va hasta la otra punta de Logroño con los críos. Y tampoco quien se acerca a los demás a boca descubierta, y de aquello de los dos metros ni me acuerdo.
A ver si le explico a usted (no a usted, recuerdo) lo que va a pasar si esto sigue así. Ahora, en los próximos días, todo seguirá estupendamente. Las cifras de contagios no subirán, las de ingresados tampoco. Pero dentro de una semana le van a permitir a usted reunirse con sus familiares en grupazos. Sí, hasta con los abuelos. Y todos esos contagios que no estamos viendo ni previniendo llegarán a esos abuelos, a los que tantas ganas tenemos de besar.
Y de aquí a 15 días, 20 días, sí, volverán a escalar los contagios, y volverán a morir ancianos (y no tan ancianos) a puñados. Ya le digo que esto pasará si usted, o ese otro usted del que hablamos, no deja de hacer el ababol. No es ninguna tontería: pregúntese usted qué coño está haciendo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.