El perdón

Miryam (Sadaf Asgari) es una mujer de procedencia humilde que accidentalmente ha matado a su marido. Condenada a muerte solo, según la sharia islámica, puede serle conmutada la pena si obtiene el perdón por parte de un familiar directo de la víctima. Mona (Zakeh Behbahani), es la altanera y satisfecha hija del hombre fallecido. Un popular presentador televisivo al mando de un programa de máxima audiencia reúne a las dos mujeres para que resuelvan la cuestión moral mientras los espectadores desde sus casas emiten juicios a favor o en contra de la acusada.

Es una película curiosa y sorprendente. Me llama la atención que la solución al grave conflicto planteado se resuelva en un espectáculo mediático con toda su parafernalia chirriante sin el pudor y el tacto con el que habitualmente el cine iraní nos ha mostrado en pantalla la resolución de temas profundos que atañen al orgullo y el honor.

Cuestiones de una seriedad afilada relacionadas con la conciencia y la preeminencia de hacer siempre lo correcto ,que suele ser tratada de manera discreta y atemperada. Sin embargo, en la pieza de esta tarde, el realizador lleva su planteamiento a los códigos de la sátira y a un plató de televisión.

Delante de las cámaras, las dos mujeres exponen sus argumentos y alegaciones. Pronto te identificas con la pobre mientras el director denuncia la sucia ética del reality y el morbo tan grosero que desprende la batalla.