El impacto de reducir la jornada
EL FOCO ·
La disminución de las horas de trabajo no merma la productividad, pero sí mejora la salud de las personas y la conciliaciónEL FOCO ·
La disminución de las horas de trabajo no merma la productividad, pero sí mejora la salud de las personas y la conciliaciónEn los últimos años la sociedad ha empezado a plantear que el cambio en el modelo productivo debe centrarse en la protección de la salud y en el bienestar de las personas. La pandemia nos demostró que otras formas de organizar el trabajo son posibles ... sin que repercutan, además, en la buena marcha de las empresas. Durante la crisis del 2008 se generalizó la necesidad de buscar estabilidad en los empleos, pero tras la crisis de la covid-19 las personas trabajadoras manifiestan la necesidad de preservar su salud mental, de mejorar su conciliación, de reducir sus niveles de estrés y de aumentar su tiempo de ocio o el dedicado a su familia. La reducción de la jornada laboral sin duda ayuda a conseguir estos objetivos y no solo se presenta como justa y necesaria, sino que también es técnicamente posible.
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La jornada laboral en España sigue siendo la misma desde hace 40 años. En 1984 se redujo de 44 a 40 horas semanales sin que ello supusiera ningún perjuicio ni de la productividad ni de los beneficios empresariales. El mundo laboral ha sufrido desde entonces cambios significativos: se ha introducido la digitalización en los procesos, la normalización del teletrabajo, han aparecido nuevas formas de trabajo como el trabajo en plataformas y una larga lista de aspectos que ya nada tienen que ver con las características de los puestos de trabajo de entonces. Según los datos aportados por la Agencia Tributaria al Observatorio de Márgenes Empresariales, en los últimos años los márgenes empresariales han aumentado de forma generalizada, llegando a alcanzar máximos históricos, siendo en 2023 un 58% mayor que en los niveles prepandémicos.
Desde UGT llevamos años apostando por una reducción de la jornada laboral sin merma salarial. Los diferentes proyectos piloto que se han llevado a cabo en este sentido han resultado muy beneficiosos tanto para las personas trabajadoras como para los resultados de las empresas. La discusión sobre la posibilidad de acortar la jornada laboral ha ganado mucha fuerza en los últimos años y se ha producido una oleada de ensayos y proyectos piloto en toda Europa con el objetivo de testar los potenciales beneficios asociados a esta propuesta. Los buenos resultados que ya se están cosechando hacen que dicha transformación no sólo sea socialmente necesaria, sino técnica y políticamente posible.
En Islandia se llevó a cabo un proyecto piloto de reducción de la jornada de trabajo sin merma salarial con excelentes resultados de productividad, de reducción del estrés y aumento de la satisfacción en materia de conciliación. En Reino Unido realizaron un ensayo con 61 empresas participantes, de las cuales 56 han decidido prorrogar la medida de mantener cuatro días de trabajo a la semana. En España, el Ministerio de Industria lanzó en 2022 un programa piloto de ayudas para las empresas que decidan recortar la jornada sin bajar los salarios y la Comunidad Valencia puso en marcha también otro proyecto piloto en el que se otorgaban ayudas, para tres años, de hasta 9.611 euros por trabajador que tuviera reducida un total del 20% de su jornada.
También en Valencia su Ayuntamiento hizo un ensayo piloto de semana de cuatro días laborables aprovechando cuatro lunes festivos. Los primeros datos de este estudio muestran que han mejorado los índices de salud de las personas trabajadoras (el 37% ha podido hacer más deporte, el 27% ir más al cine, el 40% viajar y hacer turismo y el 48% visitar parques o espacios naturales). Se ha producido una disminución de los niveles de estrés y se ha aumentado la facilidad para conciliar (el 72% ha dedicado más tiempo a estar con los amigos, el 35% a visitar familiares, el 57% ha pasado más tiempo en bares o terrazas, el 44% a cuidados de personas dependientes, y el 57% ha realizado actividades de ocio y tiempo libre con hijos e hijas). También destacaban que en Valencia la calidad del aire había mejorado debido a que había habido menos tráfico al no producirse los desplazamientos a los centros de trabajo. En otros países, como en Alemania, también se han unido con un proyecto piloto que tendrá una duración de seis meses y que se realizará entre febrero y agosto de 2024, con la fórmula del 100/80/100 (100% salario, 80% jornada y 100% productividad), y por el que ya se han interesado más de 50 empresas.
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A través de la negociación colectiva también se han hecho avances y se ha reducido la jornada laboral sin afectar a la productividad ni a la viabilidad de las empresas. Los datos extraídos de los convenios colectivos firmados hasta septiembre del 2023 nos muestran que el 50,21% de las personas trabajadoras están afectadas por una jornada media de entre 38,5 y 39,5 horas semanales (de 1.712 a 1.758 horas anuales). El 29,82% trabaja de media entre 37,5 y 38,5 horas (de 1.712 a 1.758 horas/año) y el 11,90% tiene una jornada media inferior a 37,5 horas semanales (menos de 1.712 horas al año).
Desde UGT estamos convencidos de que la reducción de la jornada laboral no será posible sin el apoyo gubernamental. El tejido productivo mayoritario de este país, basado principalmente en pequeñas y medianas empresas, hace muy difícil -por no decir, en muchos casos, imposible- que sólo a través de la negociación colectiva se llegue a una reducción de la jornada, ya que en muchas de las empresas españolas no existe representación sindical o no están amparados por un convenio colectivo. Por ello, la propuesta que hemos hecho llegar al Gobierno es la de reducir a 35 horas semanales la jornada legal para todas las personas trabajadoras de este país y avanzar hacia las 32 horas semanales en la negociación colectiva sectorial o de empresa.
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El Ministerio de Trabajo y Economía de Social presentó un informe realizado por un grupo de expertos, en junio de este año, para la fundamentación de una posible Ley de usos de tiempo y racionalización horaria en la que se indicaba que era posible, sin mermar los salarios ni la productividad, reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales en 2026 y llegar a las 32 horas semanales en 2032. El pasado 24 de octubre, PSOE y Sumar presentan un acuerdo de Gobierno en el que recogen el compromiso de reducir la jornada laboral de forma progresiva hasta las 38,5 horas en 2024 y llegando a las 37,5 horas semanales en 2025. Desde UGT vemos positivo este avance, pero trabajaremos para que las 35 horas semanales sean una realidad por ley durante la próxima legislatura y caminar para alcanzar las 32 a través de la negociación colectiva.
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