Las pensiones, en quiebra
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Como ningún político –a diestra o siniestra– les va a decir la verdad sobre la situación económica del sistema de pensiones de España, se lo adelanto: «Está quebrado». El déficit de las pensiones contributivas es de 16.000 millones de euros al año. Si tenemos ... en cuenta otras prestaciones como las no contributivas y clases pasivas, el agujero se va a 40.000 millones. Y si le añadimos el resto de gastos y transferencias nos da que la Seguridad Social necesita una inyección anual de 53.000 millones. La buena noticia es que la Seguridad Social es una partida más del resto que conforman los Presupuestos Generales del Estado y son los impuestos recaudados a través de las directrices de esos PGE los que sufragan el asombroso déficit de las pensiones. A partir de aquí el ministro Escrivá, presionado por la Comisión Europea, se plantea la disyuntiva de subir impuestos o bajar pensiones. Como los políticos solo piensan en los votos en vez de en los votantes, nos vende la idea 'progresista' de que solo temporalmente –durante diez años– va a subir las cotizaciones laborales y no va a bajar las pensiones. Pero ya advierte de que si el invento no funciona habrá que tocarlas. La realidad es que se van a subir los impuestos y bajar las pensiones, al menos las futuras. Las modificaciones para las futuras pensiones empiezan con alargar de 25 a 35 años el cálculo para obtener la base imponible de la pensión. Esto directamente es una bajada del importe de la futura pensión porque normalmente se cobra más al final de la vida laboral que al principio y por tanto las bases de cotización de hace 35 años eran bastante menores que las actuales.
Pero la medida estrella ha sido la de generar un impuesto nuevo finalista –solo para cubrir el déficit de las pensiones–, subiendo las cotizaciones laborales un 0,6%. A cargo de las empresas, un 0,5% y de los trabajadores, el 0,1%. El beneplácito se lo han dado así mismo gobierno y sindicatos –CCOO y UGT–, que son los únicos que no lo pagan y en contra de la opinión de los empresarios. Veremos cómo termina todo porque la Comisión Europea quiere el acuerdo de reforma de las pensiones con la firma de todos los implicados. Esta medida, populista e injusta, tiene tres vertientes. Por un lado, no va a solucionar el déficit porque la recaudación anual de este impuesto estará en torno a los 3.000 millones, totalmente insuficiente para el déficit de la Seguridad Social. La segunda vertiente es que se encarece la contratación laboral y, si la productividad no aumenta, tendremos más paro y sueldos más bajos; incrementándose así el déficit de la Seguridad Social porque se recaudará menos. Y la tercera vertiente es que se exige a los trabajadores actuales que paguen más cotizaciones y cobren menos nómina para mantener las pensiones de los jubilados actuales, con la certeza de que ellos se jubilarán más tarde y con menor pensión. Llegará un día en que la población activa se hartará de pagar impuestos y veremos cómo nos las arreglamos.
Con estas medidas Escrivá reconoce implícitamente que los agoreros tenemos razón en decir que «de seguir así, sin reformas de calado, las futuras pensiones no tienen futuro y las actuales carecen de sostenibilidad».
Martín Torres Gavíria | Miembro vinculado a EFPA España
Twitter @MTorresGaviria
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