Patada a seguir en el nalgatorio

Ni idea de lo que se opinará en los cenáculos de la cultura riojana, si aún existen, sobre el nombramiento de Ana Zabalegui como directora general de Cultura tras la resolutiva patada a seguir en el nalgatorio de Diego Iturriaga. Pero más allá de este ... zafio desatino, chirría, si no irrita, la falta de cantera, la escasa profundidad de banquillo, la nula capacidad prospectiva de Palacio para no tener cultivado el vivero ni alimentado el semillero cultural doméstico. De tan yermo, han tenido que acabar echando la red en la otra orilla del Ebro para ocupar la silla del desahuciado. La mano que meza la cultura riojana tanto debería conocer su realidad y singularidad como ser reconocida, y respetada, por un entorno no siempre fácil ni nunca dócil. Que la vida de un DG de Cultura dure apenas seis meses dice poco de quien lo ha nombrado. O dice mucho: que en realidad le importa una higa. La política cultural, ha escrito J. Ramoneda, es un termómetro del nivel de un país. Aquí andamos tiritando.