Pasividad y soberbia
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La reforma de la ley del 'solo sí es sí' prolongará el desaguisado si somete lo jurídico a lo político mediante un pacto entre los socios del GobiernoLa parte socialista del Gobierno muestra su intención de modificar la ley del 'solo sí es sí' manteniendo en el centro la necesidad del consentimiento para que una relación sexual no sea considerada agresión y recuperando las penas anteriores en los casos en los que ... concurran violencia, intimidación, anulación de la voluntad de la víctima o agravantes. Su reacción está siendo injustificablemente tardía, mientras los denominados «efectos indeseables» de la norma –riesgos advertidos durante su tramitación– suman ya más de 280 agresores beneficiados penalmente. La impasibilidad de Pedro Sánchez y la soberbia de Irene Montero han formado parte de una misma obcecación, la de preservar la superioridad moral de la coalición de progreso.
La insistencia de Podemos en asegurar el principio de consentimiento es la última cortina de humo de los morados. Como lo es presentar un plan urgente de medidas de protección hacia las víctimas como alternativa al fiasco y no como iniciativa con valor propio. Pero lo más increíble del caso es que, después de tantas revisiones de penas avaladas por el Supremo, once tribunales superiores autonómicos y treinta audiencias provinciales, la ministra de Igualdad y sus próximos en el Consejo de Ministros y en el Congreso sigan imputando el desaguisado al machismo dominante en la judicatura. Situación favorecida por la resistencia de Sánchez a tomar cartas en el asunto. Mientras sus ministras, ministros y portavoces insisten ahora en que elaboran y negocian una proposición con la otra parte de la coalición que sea «rigurosa». Antes de que Alberto Núñez Feijóo ofreciera formalmente el apoyo parlamentario del PP a la modificación de la ley, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ya había rechazado la participación de los populares en una iniciativa a favor de las mujeres.
El tiempo que se tarde en la reforma no es inocuo. Podrá aplicarse únicamente a los delitos que se cometan a partir de su entrada en vigor. Todos los anteriores –juzgados, procesados, pendientes de instrucción o desconocidos judicialmente– estarán sujetos a la norma vigente hoy. Podemos no quiere verse impugnado. Evitar el reproche para salvar la coalición seguirá pesando sobre el Gobierno en su conjunto. Especialmente si, para eludir los informes preceptivos, el cambio legislativo adopta la forma de una proposición de ley pactada entre sus socios sometiendo lo jurídico a lo político.
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