La Comisión Europea aprobó ayer el reglamento del Certificado Digital Verde, para propiciar la movilidad de las personas vacunadas frente al COVID entre los países de la Unión. Un pasaporte que detallará la vacuna y las dosis administradas a su portador, junto a información sobre ... las pruebas PCR y de antígenos a los que se hubiera sometido, consignando también el supuesto de haber superado un contagio. Este certificado será gratuito, permitirá su versión en papel, se expedirá en inglés y en idioma oficial del país miembro, asegurando en todo momento la protección de los datos que contenga. Ahora el proyecto deberá pasar por su aprobación en el Consejo Europeo y en el Europarlamento, para que a continuación los legislativos nacionales hagan suya la iniciativa añadiendo las cláusulas que consideren. Los europeos necesitamos con urgencia el 'pasaporte verde' para hacer efectiva la libertad de circulación dentro de la Unión, y para reactivar la economía no solo en el sector turístico. Pero ello no puede llevarnos a soslayar la importancia superior de que este certificado cuente con una regulación europea y nacional expresa que impida su utilización como mecanismo discriminatorio, cuando contiene información sobre la salud personal, que en las sociedades democráticas está restringida en su acceso a cada ciudadano y a los responsables sanitarios que la requieran para su atención.

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Se da la circunstancia, además, de que las vacunas que se conocen hasta ahora protegen a la persona inoculada de desarrollar en su organismo los efectos del COVID-19 con un porcentaje muy alto de eficacia. Pero no hay todavía constancia de que acaben con la posibilidad de su transmisión a otros. Lo que obligaría a regular el uso del Certificado Digital Verde con reservas que invitarían al mantenimiento de pruebas PCR o cuando menos de antígenos. Del mismo modo que ningún país de la Unión Europea debería postergar el uso de la vacuna de AstraZeneca-Oxford cuando ni la OMS ni la EMA encuentran razón alguna para su suspensión, sería una ligereza convertir el 'pasaporte verde' en garantía absoluta para la movilidad. Garantía que, lógicamente, irá a más a medida que se incremente el porcentaje de europeos vacunados. De hecho es posible que la definitiva puesta en marcha del Certificado Digital Verde coincida, ya en verano, con la aproximación a la inmunidad de rebaño. Con lo que se reducirán también los riesgos de discriminación.

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