La cumbre de la UE ha impulsado la creación de un 'pasaporte' de vacunación que permita a los ciudadanos inmunizados viajar o acceder a determinadas actividades. La Comisión Europea calcula que necesitará tres meses para los preparativos técnicos de este proyecto, lo que permitiría recuperar en verano el turismo entre los países de la Unión y daría un balón de oxígeno a economías como la española. La implantación de un certificado de ese tipo ha generado controversias jurídicas ante el riesgo de que pueda ser utilizado para restringir derechos fundamentales sin una sólida sustentación legal que lo ampare. Siendo ello cierto, también lo es que, si su uso queda limitado a los desplazamientos y al control de entrada en un país o ciudad, ese documento no sería más discriminatorio que otras herramientas limitadoras de la movilidad para contener la pandemia y que ya están en vigor, como los test previos al empleo de algunos medios de transporte, las cuarentenas o los confinamientos perimetrales. El debate al respecto confirma la necesidad de adecuar la legislación a emergencias sanitarias como la actual. Mientras tanto, la UE debe aplicarse en acelerar al máximo la vacunación.

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