Su pasaporte, gracias

Se entiende mal la reticencia del Gobierno de La Rioja a implantar el pasaporte COVID en la comunidad. Coincidiendo en que cualquier herramienta ayuda a tratar de contener los contagios, la obligación de presentar el documento acreditativo de que se está blindado contra la enfermedad ... para acceder a determinados lugares o eventos se antoja vital. Sin suponer ninguna panacea, con que su exigencia animara a una sola persona sin vacunar a recibir las dosis correspondientes ya habría cumplido una parte sustancial de sus objetivos. Así lo han entendido, además, regiones vecinas como País Vasco y Navarra que desde la eclosión de la pandemia están siguiendo patrones de transmisión similares a La Rioja y han sido espejo para la adopción de determinadas medidas cuando la incertidumbre era la única norma. Más aún, en una coyuntura en que la curva vuelve a empinarse y la presión hospitalaria aprieta cuando el virus parecía casi definitivamente derrotado. Las divergencias de criterio sobre la legalidad de la iniciativa tampoco pueden ser excusa. La mitad de España ya cuenta con el aval de los jueces y la comunidad vasca ha logrado el visto bueno del Supremo que negó en primera instancia el TSJV. La Rioja no es que ni siquiera haya explorado la posibilidad, sino que tras anunciar que formularía la consulta luego declinó hacerla. Apelar como ya se hizo hace un año a celebrar unas navidades contenidas y responsables es un argumento que viene de serie, pero se echa de menos exprimir todas las opciones que van más allá de la buena voluntad individual.