Aliñábamos la ensalada de hace un par de semanas con un poquito de pimienta sobre la guerra de poder en la sanidad riojana con la consejera, Sara Alba, por un lado, y con el gerente del SERIS, Alberto Lafuente, por otro. Algo pasa con Sara, ... escribíamos, y advertíamos que se acerca agosto –el año pasado Andreu dejó menos supervivientes que Toro Sentado y Caballo Loco en Little Bighorn–y que solo puede quedar uno.

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Ayer mismo me llegó al Whatsapp un 'meme' en el que 'Sara Alba de la Tormenta' aparece sentada en el trono de hierro de 'Game of SERIS' y, junto a ella, en otro trono de hierro, 'Alberto Lafuente Lanister'. El caso es que Alba, que ha perdido el favor de Andreu, se comió con patatas la conflictiva atención hospitalaria del dirigente polisario Brahim Gali, así como la cagada de votar 'sí' en la Interterritorial de Salud para endurecer las restricciones a la hostelería, cuando el resto del país se estaba abriendo de par en par.

Ahora bien el eufemísticamente denominado Plan de Atención Continuada que, pese a los parcheos y los tirones de orejas a alcaldes de la cuerda para que no protesten sigue generando un rechazo furibundo y cerrando consultorios en los pueblos, es de paternidad exclusiva de Alberto Lafuente. Es decir, lo que está demostrando el aspirante al trono sanitario es cometer los mismos 'pecados' que su supuesta jefa: no escuchar a nadie, ni médicos, enfermeras ni pacientes, y pasarse de frenada. Algo pasa con Sara, pero también algo pasa con el nuevo Lanister aspirante al trono del SERIS.

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