Borrar
Pandora en la playa

Pandora en la playa

OJO DE BUEY ·

Domingo, 10 de octubre 2021, 02:00

Lo que desconocíamos de la Caja de Pandora, y eso que se abre casi a diario (basta con desplegar un periódico), es que era una caja 'B'. O similar. Ahora se descubre que lo de los famosos males era una simple tapadera, y que lo ... que había allí dentro era mollar, pastuqui. Si es que –parto de la presunción de inocencia de la muchacha, ya lo advierto– no le han cambiado en algún momento el contenido a la caja; porque a saber quién habrá metido la mano allí desde la mitología áurea, cuando dioses y hombres eran dos versiones de un mismo personaje del drama (tragicómico). Y la caja, única. Puede que Pandora, que ya no puede defenderse ni declarar, no sea más que la 'mula' de este conglomerado financiero postmoderno, paradisiaco, black, líquido, off. A saber cómo fue la cadena de custodia de la dichosa caja. Cualquier cosa, desde luego, le puede haber pasado desde entonces a aquella caja negra de nuestras plagas cotidianas, que Zeus puso en sus manos para complicarle la existencia, claro (a ella y a nosotros), como venganza entre titanes; una venganza pagada por los mortales. Porque los que siempre pagamos, a tocateja, la moral sui generis y la contabilidad creativa de los despachos del Olimpo somos los mortales. Pues aquel mundo de los días de Pandora y compañía se ha esperpentizado (véase el perfil e histórico de muchos de los empapelados). Solo nos queda como consuelo ante el bochornoso espectáculo que supone el ver que a Pandora le hayan sacado papeles como a Bárcenas u otros, es el retener en lo más alto de la imaginación del personaje a Ava Gardner, la Pandora Reynolds de la película, compañera del holandés errante. Allá por 1951. Y su 'Esperanza', que era la dársena donde estaba atracada la barca del holandés; y su playa, que era española, Tossa de Mar, en cuyo mirador sobre la Bahía, Villa Vella, está plantada una escultura de la diosa: de Pandora Gardner. En el balcón, esbelta, movida por el viento y sin papeles, aparece su figura asomada a una playa, que es también mítica, por estar asociada a su belleza misteriosa y fatídica (a lo griego), también offshore, deslocalizada, pero una playa que nos es familiar: la de los sueños, la del deseo, la de la noche que no acaba, la de la bravura de la Costa, la del technicolor glorioso. La de una España que se muestra como un litoral universal, onírico. Una playa de playas. De todas aquellas playas a cuya orilla han llegado cuerpos errantes y sueños (sin papeles, sin sociedades vinculadas, sin consultorías). El cine, auténtico alfar de mitos de sucesivas generaciones, fue el segundo escultor de Pandora, tras Hefesto, quien primero la modelara en arcilla. Y una artista, mujer como Pandora, la escultura Ció Abellí, quien la recordara para siempre en bronce, en Tossa, donde el mito fue refundido y rodado. Muy distinta aquella playa a esta offshore de papel bajo sospecha, que convierte los males en bienes incontrolados. Lo que, a la luz de los papeles atribuidos a Pandora, sigue sin aparecer, o ya no queda nada de ella, o se le han fundido, o la han vendido a un fondo buitre (o águila, de aquellas mismas águilas que le comieron el hígado a Prometeo, el ladrón bueno de esta historia, el que logró robar el fuego –aka las Eléctricas– para repartirlo al personal), o se la han fumado o la han contrabandeado, en fin, es la esperanza, que, según el relato, quedaba al fondo, o en un doble fondo, de la célebre caja, o lo que fuera el secreter donde Pandora guardaba aquel botín, el gran clásico de las desgracias humanas. Debajo de todas ellas sabemos, por testigos de autoridad, que quedaba un reservorio de esperanza, como en orza, digamos. O como el puerto de la película, deambulado por Ava. Pero ahora mismo –y ya da igual– no podemos saber a ciencia cierta si fue lo primero o lo último que se perdió. En la recalificación de alguna zona de la playa.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja Pandora en la playa