Pájaros

Plinio el Viejo decía que una de las señales que avisa de los terremotos es el comportamiento intranquilo de los pájaros. La metáfora es poderosa y estos días viene bien: los pájaros agitados, el gallinero revuelto en un caos de picotazos porque el poder embriaga mucho pero aun enfervoriza más la ilusión de disfrutarlo. Unos sienten la tierra temblar y quieren surfear en la ola del tsunami. Otros nadan como los bañistas en la película 'Tiburón', dándose codazos y buscando señales en el mar para salvarse mientras zumba en sus oídos la banda sonora de John Williams: «dun-dun dun-dun dun-dun».

«Lo que más me gusta del fútbol es la pelota. Todo lo demás, cansa», dijo una vez Maradona. A mí me sucede igual con la política: me apasiona, pero todo lo que la rodea me aburre. Nos queda mucho por ver y el camino hasta la noche electoral se va a hacer eterno. Además la victoria y la derrota son figuras engañosas: Cuca Gamarra perdió y cuanto más ha perdido más poder ha ido ganando. Su espejo es Francisco Ocón, a quien el triunfo no le impidió terminar dentro de una bolsa de plástico reventado a puñaladas por sus propios compañeros.