Logroño ha sido gobernado por ocho regidores en esta etapa democrática. En los 45 años que transcurren, desde las primeras elecciones locales de 1979 hasta las últimas de 2023, los diferentes alcaldes y alcaldesa han gestionado y liderado múltiples temas para impulsar la mejora y ... el avance de la ciudad. Sin duda, Logroño en el 2023 es mucho mejor que en 1979.

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Se habla mucho de la necesidad del consenso, de la continuidad de las políticas públicas, de las visiones estratégicas que hacen que una ciudad vaya progresando y adquiriendo su fisonomía y su carácter más allá de un ciclo electoral. La movilidad es uno de los temas esenciales para configurar una ciudad con una elevada calidad de vida y bienestar, donde el peatón ha ido ganando espacio, y el vehículo reduciendo su presencia en el centro.

Hoy en día, en Logroño, más del 65% de los trayectos son peatonales. Caminar y desplazarse en bicicleta son formas de movilidad activa. Ya saben, quien mueve las piernas mueve el corazón. Además, cuando andamos o vamos en bicicleta no contaminamos. Muchas actividades de vida sana están vinculadas al paseo y a coger la bicicleta para reducir la obesidad, el sobrepeso, la propensión a determinadas enfermedades, etc.

Les propongo un ejercicio de memoria. Vamos a repasar lo que los diversos alcaldes y alcaldesa hicieron en sus mandatos para conseguir una movilidad más sostenible y humana en la ciudad. Empecemos por el primer alcalde de la democracia en Logroño, Miguel Marín (UCD). En aquellos tiempos de transición democrática este tema no era prioritario. Había que configurar un Ayuntamiento democrático, y las preocupaciones acuciantes eran otras. Digamos que posición estable o neutra. Llegaron los 12 años de gobiernos socialistas de la mano de Manuel Sainz (PSOE) y avanzamos mucho. Entre otras cosas, y como hitos más importantes, se peatonalizaron la zona de las Cien Tiendas y la calle Portales, con gran contestación social. Los más veteranos recordarán cómo iba a llegar el caos; la Laurel moriría porque los chiquiteros no podrían aparcar el coche en los soportales de Portales; cerrar el paso a la Fuente de Murrieta colapsaría la ciudad; y en las Cien Tiendas, todo sería un desastre: imposición, dictadura, falta de diálogo, comercio muerto...

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En la época de José Luis Bermejo (PP) parón. No revirtió nada, pero tampoco avanzó en este tema. Llegó Julio Revuelta (PP), y nuevo y sustancial avance. Además de la profunda transformación de la Gran Vía (adiós a los aparcamientos en superficie), se peatonalizaron las calles cercanas a avenida de Portugal: Daniel Trevijano y Siervas de Jesús, y se impidió el paso de los coches desde la calle Sagasta a la Gran Vía, peatonalizando la calle avenida de la Rioja. Llegó Tomás Santos (PSOE), y volvimos a avanzar, se peatonalizó como hito principal la calle Bretón de los Herreros y surgieron más kilómetros de carril bici. Llegó Cuca Gamarra (PP), y se avanzó un poco más, peatonalizando la calle Saturnino Ulargui, y realizando la primera supermanzana en la zona oeste con la modificación de calles como Beratúa (sin posibilidad de aparcamiento en doble fila) o Ramírez de Velasco. Llegó de nuevo un gobierno socialista y peatonalizamos la calle Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil y, la calle Fundición. Ya saben, «destrozando Logroño», además, introdujimos el carril bici en avenida de Portugal para impedir la doble fila y reducir la velocidad de los vehículos en el centro de Logroño (paso de cebra desde el pasaje de Gran Vía incluido).

Como han podido ir viendo, todas las corporaciones, en estos 45 años, han puesto su granito de arena para hacer un Logroño más humano, transitable, amigable y accesible o al menos no han retrocedido en lo que a movilidad sostenible se refiere.

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Y hete aquí, que llega el octavo alcalde de la democracia, el señor Escobar hablando de consensos unánimes, de ciudad para todos, de convivencia, y con mayoría absoluta da el primer paso atrás de la historia democrática en materia de movilidad. Dice que van a revertir el carril bici de avenida de Portugal para dárselo de nuevo a la doble fila, a los coches y sus aparcamientos, contentando, en conversaciones privadas, a algunos comerciantes y vecinos afines al PP y a Vox. Ya ven. Por primera vez en 45 años, marcha atrás. Ni interés general, ni bien común. Esta vez, la visión cerrada, egoísta y privada se impone.

Cuando el debate debería formularse en términos de si avenida de Portugal se peatonaliza o no, el PP en el Ayuntamiento decide cargarse el carril Bici Este-Oeste de la ciudad para darle mayor espacio al coche y su aparcamiento en el centro. En estos 45 años nunca habíamos retrocedido así. Le pido al señor Escobar que no elimine el carril bici de avenida de Portugal, que levante la mirada, que recupere el consenso, el que nos ha guiado y permitido avanzar estos 45 años de democracia, o al menos no retroceder, por los que están y por los que vendrán. Por una mejor vida.

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