La muerte de Ravil Maganov, el presidente de Lukoil, la mayor petrolera privada rusa, cierra de momento la larga serie de dirigentes empresariales fallecidos en poco más de seis meses. Una 'epidemia' está diezmando la oligarquía del país que lidera Vladímir Putin. Los fallecimientos tienen ... en común que coinciden con la invasión de Ucrania y ocurren en circunstancias extrañas: supuestos suicidios como el de Maganov, precedidos en algunos casos por el asesinato de miembros de la propia familia, espectaculares accidentes y hasta rituales chamánicos. Aunque no de manera exclusiva –también cayeron dos dirigentes de VKontakte, la respuesta nacional a Facebook–, los fatales relevos en las cúpulas afectan sobre todo a grandes firmas energéticas. La guerra desatada por Putin contra su vecino contrarió a Lukoil, que hizo pública su «preocupación» por el conflicto. Compañías estatales y privadas, con sus máximos responsables a la cabeza, sufren la presión de las sanciones occidentales y de la pérdida de clientes, sobre todo europeos. Una situación que, unida a la atmósfera opresiva que emana del Kremlin, acaba con la sospechosa caída del directivo desde la sexta planta de un hospital.
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