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Obligada altura de miras

Editorial ·

Este trance crítico tras la agresión de Putin exige una respuesta de Estado que compromete a los dos socios del Gobierno y a la oposición

Lunes, 7 de marzo 2022, 01:00

La invasión de Ucrania por el Gobierno ruso y el devenir posterior de los acontecimentos retrotrae al mundo a un agresión bélica que en Europa no tiene parangón desde las décadas de las contiendas mundiales y la Guerra Fría. Todo, con las armas tecnificadas de ... la geopolítica del siglo XXI. El contexto resulta tan dramáticamente excepcional, tan perturbador para los europeos acostumbrados a vivir en la paz, la libertad y el progreso, que no hay estado en el acogedor seno de la UE que pueda desentenderse del brutal ataque del régimen de Vladímir Putin contra el pueblo ucraniano. No pueden hacerlo los gobiernos concernidos e interpelados, pero tampoco las sociedades democráticas. El 'No a la guerra' constituye un clamor irrenunciable que concita, sin lugar a dudas, a la inmensa mayoría de los españoles en un deseo y una aspiración que solo pueden compatirse. Pero ese anhelo no puede parapetarse ya a estas alturas tras la ingenuidad de un pacifismo que eluda la responsabilidad histórica en defensa no únicamente de la integridad soberana de Ucrania, sino de los principios y valores más elementales de la convivencia democrática de los europeos. El desafío lanzado por Putin es de tal calibre que llama a la cohesión en torno a una respuesta de Estado identificable, que cobije el desasosiego que invade en estas horas críticas a la ciudadanía.

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