Si el XX ha sido sin duda el siglo del automóvil, el XXI tiene que ser el de la movilidad sostenible y, por lo tanto, de otros sistemas que respeten la salud, el medio ambiente y que potencien los elementos colectivos de transporte. España lleva ... bastantes años de retraso en la apuesta por esa nueva movilidad. No ha sido hasta la llegada del Gobierno socialista de Pedro Sánchez cuando se ha aprobado no solamente el cambio de denominación del Ministerio de Fomento por el de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, sino los nuevos objetivos de éste, basados en una nueva movilidad que abogue por sistemas de transporte colectivo y no contaminantes como la bicicleta, sin repercusiones negativas sobre el cambio climático y sobre la salud de las personas.
Ya en los años 70 del pasado siglo, el club de Roma, entre otros organismos internacionales, alertaba de los problemas de futuro para el planeta si se mantenía el ritmo de emisiones de gases de efecto invernadero y el consiguiente aumento de las temperaturas que esto provocaba. Una coyuntura que hemos denominado cambio climático.
Estos días vemos con asombro cómo estas hipótesis de futuro se están cumpliendo con importantes consecuencias para nuestro planeta como incendios, inundaciones, temperaturas altas, deshielos en el Ártico, etcétera. Ello nos obliga a todos a tomarnos más en serio que nunca nuestra aportación para frenar esta situación y evitar que vaya a más. Y el interrogante es de qué manera podemos contribuir cada uno de nosotros a ello. Sabemos la respuesta: debemos cambiar nuestros hábitos de consumo y, sobre todo, tenemos que modificar las formas de movilidad.
En una región como la nuestra, en pueblos y ciudades como los nuestros, me pregunto si de verdad no podemos ir andando a los sitios ¿Necesitamos el coche como elemento de transporte para recorrer cien metros? Nuevas políticas de movilidad deben favorecer los itinerarios a pie y, por ello, es de saludar todas las decisiones que en materia de peatonalización toman los municipios riojanos. Decisiones que se van a ver reforzadas con el desarrollo de infraestructuras peatonales en carreteras regionales para comunicar localidades cercanas entre sí.
Un segundo elemento sin duda es la bicicleta, un modo de locomoción que lleva años de desarrollo en Europa y que aquí no acabamos de impulsar. Por ello son necesarias medidas claras que apuesten por carriles bici en las ciudades, como han tomado algunos ayuntamientos como el de Logroño, que den seguridad a los ciclistas y que consigan que este modo de transporte tenga una preponderancia en la movilidad del futuro. Para acompañar a los municipios que han entendido la necesidad de cambiar nuestra forma de movernos, desde el Gobierno de la Rioja estamos apostando por el diseño de nuevos carriles bici, por ejemplo, en las remodelaciones que estamos realizando en los polígonos industriales de Arnedo, al mismo tiempo que estamos diseñando una red de carriles bici para dar servicio a Logroño y su entorno. Además, hemos comenzado los trabajos de elaboración de una Estrategia Regional de la Bicicleta para potenciar este transporte sostenible y saludable.
Un tercer parámetro que debemos impulsar en este cambio de paradigma hacia la movilidad sostenible es el transporte público. Una red que estamos mejorando día a día, con nuevos servicios interurbanos a las cabeceras de comarca, que vamos a robustecer a nivel rural con nuevos servicios a la demanda y con un nuevo contrato para el transporte metropolitano. Un transporte que gane en prestaciones y atienda aún más las necesidades de toda la población, como son las nuevas paradas en los polígonos industriales o la posibilidad de viajar con mascotas en la red metropolitana. Debemos utilizar el transporte público y abandonar el coche: cambiemos el chip.
Nos quedarían dos últimas claves de futuro. Por una parte, el impulso del ferrocarril para mercancías y para pasajeros. Una apuesta que los negacionistas de este modo de transporte no van a conseguir parar y que debe suponer la mejora de nuestros tramos ferroviarios para que puedan albergar una velocidad competitiva de hasta 250 kilómetros/hora.
Y por otra, la renovación de toda la flota de vehículos, tanto coches como camiones o autobuses, por sistemas de propulsión no contaminantes. Algo que ya es posible y cuenta con las ayudas del Gobierno de España articuladas a través del Plan MOVES que contará con apoyos de los fondos europeos a partir de este otoño, con subvenciones a nuestras empresas para la renovación de flotas.
Mientras tanto, mantenemos nuestra implicación para conseguir ciudades y pueblos con tráfico pacificado, con la posibilidad que hemos ofrecido desde el Gobierno de La Rioja a los diferentes ayuntamientos de reducir la velocidad en las travesías a 30 kilómetros/hora en los próximos meses. El compromiso con nuestra salud, nuestro planeta y con las generaciones futuras exige que nos preguntemos todos los días: ¿Yo qué puedo hacer? En materia de movilidad, todos podemos hacer mucho.
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