Novios por el mundo

La película se pudo ver en el festival de cine de Sevilla y es una exploración de metacine. Mezcla varios registros aunque el cuño que más se adapta a su forma es el documental. En cualquier caso, un experimento personal que se adentra en las parcelas íntimas de su guía, la propia Liliana, para tratar de descubrir las claves y misterios que condujeron al cansancio de sus noviazgos.

La historia comienza cuando la unión de Lili y David está a punto de irse al traste y ella decide dar un paso al frente y plantear las cuestiones y motivos por los cuales una mujer y un hombre acuerdan separarse. Para tener un bagaje con perspectiva recurre a la indagación para que las confesiones den luz a las rupturas de los vínculos.

La idea de la trama es curiosa. El personaje seminal del argumento se plantea si en el amor hay una obsolescencia programada que empuja a las parejas a finalizar sus flechazos por cualquier tipo de razón. ¿Por qué encadenamos relaciones? ¿Por qué no perduran? Cuestiones que se plantean con naturalidad y que los personajes definen a cámara según sus vivencias y experiencias.

El fenómeno de los sentimientos y las pulsiones de los afectos son siempre una búsqueda interior para darnos cuenta de que hay ciertos asuntos que solo se conocen cuando se hablan. La mera proyección de hechos aporta pistas para reconstruir el rumbo de la vida en el azaroso mundo de querer estar con alguien.