Noticia bomba: la mercancía con la que trabaja el periodismo es la información. Conviene aclararlo porque circula mucha mal etiquetada. En un mundo angustiado por la ansiedad, la información fidedigna es el único lenitivo, como certificará cualquier enfermo a la espera de diagnóstico. Informarse es ... un hábito; mantenerse desinformado, una adicción. El afán por saber qué sucede y también por contarlo jamás queda vacío: si no lo ocupa el periodismo, lo hará la superchería. Aquí hay que recordar que el auge de la extrema derecha no coincide con el esplendor de los medios, sino con el intento de sustituirlos. Lo único seguro en todo esto es que proseguirá el relato arrebatador de cuanto acontece aquí, justo cuando ya nadie sabe si está pisando tierra firme o flota a la deriva. «Hay que salir más a la calle», repetimos periodistas y políticos. «Y entrar más en las casas», añadiría.

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