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Hace apenas un año que tomó posesión el ejecutivo riojano que la Sra. Andreu logró formar adquiriendo el apoyo de la única diputada regional de Podemos al elevado precio de una consejería creada ad hoc, a la que hubo que dotar de un equipo ( ... léase más altos cargos y asesores), un presupuesto anual (ocho millones y medio de euros), una sede y, sobre todo, un cometido, inexistentes hasta ese momento, ¿quizá por innecesarios? En un año escaso, aquel gobierno ha fracasado estrepitosamente al haber dimitido o echado casi a la mitad de sus miembros, con la consiguiente lamentable imagen de república vinatera a la deriva en el proceloso mar de la mayor crisis sanitaria, económica y social que está sacudiendo a La Rioja desde que existe, pero sigue sin ser.
Sin embargo, la consejería más inservible e improductiva de todas, esta de Participación, Cooperación, Derechos Humanos y Agenda 2030 Odisea en el Espacio, es intocable, claro, porque de ella depende que la Sra. Andreu pueda seguir poniendo y quitando caras en su organigrama como los cromos de un álbum. Un año después, los riojanos quisiéramos saber qué ha aportado esa nueva consejería a nuestro bienestar. A falta de proyectos serios, resultados medibles y objetivos cumplidos, para que sepamos que ella está ahí, la consejera se ha despachado con varias necedades en torno al «rey emérito» que no hay por dónde cogerlas.
Una: don Juan Carlos ha «huido», «por la puerta de atrás» y «sin afrontar consecuencias legales de sus desmanes». Falso. Es un ciudadano español libre y ni está acusado de desmán alguno por la fiscalía, que es quien puede acusar en un Estado de derecho, ni sometido a medidas cautelares que limiten su libre movimiento. Verá, prófugo de la justicia es el Sr. Puigdemont, cuya participación como experto en la Comisión para la Reconstrucción apoyan ERC, PNV, Bildu y, por descontado, Podemos.
Otra: hay de «despojar» al anterior jefe del Estado de un título, el de Rey, que le otorgó la Constitución que sus camaradas quieren liquidar. Imposible. Es como si quisieran quitarme mi título de doctor porque (¡presuntamente!) haya cometido errores: aún retirado, imputado o inhabilitado, seguiré siendo médico hasta que me muera.
Con respecto a retirarle a don Juan Carlos honores y reconocimientos públicos, cuando sus conmilitones comunistas retiren calles, bustos y retratos a dictadores tan amigos de los derechos humanos como Mao, Lenin o Castro, hablamos.
Teniendo en cuenta la pasta que nos cuesta a los riojanos el chiringuito que la Sra. Andreu le ha montado a la Sra. Romero para que le deje seguir jugando tranquila al quién es quién en el Palacete, hay que ver lo carísimo que nos sale el cuarto y mitad de necedad.
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