Nacionalismo fracturado

Las últimas encuestas indican que el conjunto del nacionalismo catalán rondará la barrera simbólica de 50% de los votos en las próximas elecciones de febrero. Pero en un escenario político mucho más fragmentado. La clásica dicotomía entre la derecha convergente y la izquierda republicana, a ... la que se añadía la radical CUP, se ha vuelto mucho más compleja tras la descomposición del antiguo partido de Pujol. JxCat, la formación de Puigdemont, acaba de concluir su largo proceso de fundación y no ha resuelto su posicionamiento respecto a si rompe definitivamente con su pasado convergente y se independiza del PDeCAT, el partido de Artur Mas. En todas estas cosas espera la indicación de Puigdemont, que juega a conciencia su carismático liderazgo. Él mismo no descarta presentarse de nuevo, aunque está pendiente de lo que pase con el suplicatorio para su extradición. De quién gane las elecciones catalanas dependerá la relación con el Gobierno estatal y el agravamiento o no de la tensión independentista. JxCat se mantiene en la vía unilateral y la confrontación para alcanzar la independencia. En suma, fractura interna del independentismo y fractura externa con el Estado.