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La nieve es el mensajero del invierno, que este año ha traído hermosas imágenes y estampas olvidadas. Pero el mundo mágico de la nieve y el hielo también regala alegorías, cuentos de antaño y lecciones de vida que no siempre comprendemos. Muchos muñecos de nieve ... han sido creados estos días. El frío los conserva intactos hasta que el termómetro acaba desmoronándolos dejando una huella de agua sobre el suelo. De igual manera, una mancha inmensa del color de la soberbia dejará estos días el legado de Donald Trump en América y en el planeta. El muñeco de nieve tenía el pelo de color zanahoria y una corbata roja sobre el pecho. Sus hacedores lo situaron en el pedestal más alto de los EEUU y, al cobrar fuerza, Donald creyó que tenía el poder de los dioses. Un poder prestado por el frío de un tiempo confuso que le hizo creerse eterno. Donald desafió al tiempo y despreció todo consejo, cada poco cambiaba de consejeros. Creía que la Constitución no limitaría el ejercicio de su sabiduría que creía omnímoda y que unida a su vanidad le impedían ver el tamaño de su ignorancia.
Creyó que jamás llegaría pero un día apareció el deshielo. Se enfureció Donald al ver que su poder se tambaleaba y desató su furia contra todo el que amenazara el poder que le robaban truhanes y traidores pagados por chinos y tahúres. Jamás le explicó nadie a Donald, y si alguien lo hizo no quiso escucharlo, lo efímero del poder terreno en un país democrático y con una Constitución vigente pese a su ancianidad. Así que, sin asumir su destino, hizo sonar clarines y trompetas. Con la ayuda de búfalos y confederados, racistas y negacionistas de virus y pandemias convocó un motín en el Capitolio donde los malvados culminarían el robo de un poder que creyó eterno cuando se sintió el heredero de Zeus. Y sucedió que, en su nombre, asaltaron el símbolo de la democracia americana para asombro del mundo e incluso de Abraham Lincoln. Montaron un carnaval irracional y violento, una sedición en toda regla impulsada por las mentiras del muñeco endiosado y mezquino. La Cámara de Representantes, con el apoyo de miembros de su propio partido, ha votado un nuevo proceso de impeachment contra el muñeco enloquecido. El deshielo ha comenzado, pronto no quedará rastro del muñeco, solo el enojoso recuerdo. Una inmensa mancha en la historia de América. Pero no nos equivoquemos, para muchos Donald ha sido y es su referente político y las hordas que asaltaron el Congreso, luchadores por la libertad de su pueblo. Con la mentira como bandera, en los tiempos helados de la historia volverán los hacedores de muñecos autócratas a elevar a otro monigote a lo más alto. Y es que la democracia siempre corre peligro en los temporales cuando la nieve crea muñecos que se hacen fuertes hasta que el deshielo anuncia la primavera.
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