El 8 de marzo de 2021 la reivindicación de los derechos de las mujeres por la igualdad no podrá tomar las calles de nuestras ciudades a causa de la pandemia y sus restricciones. A pesar de que precisamente el coronavirus ha subrayado la profunda injusticia ... que supone la feminización absoluta de los cuidados, las dificultades de género en el acceso y el mantenimiento del empleo, la brecha salarial, los maltratos en el hogar y las condiciones infrahumanas en que viven las mujeres sexualmente explotadas. Las grandes movilizaciones de años anteriores se convierten en concentraciones y marchas testimoniales. La conmemoración se ha vuelto más íntima y hasta personal. Y los eslóganes de la jornada han ido circulando por redes, en el deseo de que el 8 de marzo de 2022 emerja toda la energía contenida estos días. El feminismo es necesariamente plural en cuanto a las formas de expresión de sus reivindicaciones y la intensidad de sus iniciativas. Ningún colectivo y mucho menos organización política puede mostrarse exclusivista y excluyente en la defensa de la igualdad, tratando de presentarse como la versión genuina de un movimiento diverso. Solo el negacionismo, que rehúsa admitir la existencia de las injusticias de género, queda fuera del feminismo.
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El debate sobre las prioridades del momento, en aras a avanzar en igualdad, es una constante en el movimiento feminista. Lo es porque las desigualdades son tan múltiples, y arraigan tantas veces hasta naturalizarse como normalidad, que resulta imposible afrontarlas a la vez y en sus distintos planos. El de la legalidad, la economía, la sociedad, la cultura o la familia. Establecer el orden de los objetivos a alcanzar es crucial para que el feminismo se dote de una estrategia efectiva. Este 8 de marzo, junto a las restricciones de la pandemia y al persistente negacionismo, ha destacado la abierta confrontación entre el PSOE y Podemos en cuanto a la urgencia de promulgar la 'Ley Trans' y hacerlo desde una visión identitaria no binaria que revisaría los fundamentos del feminismo. Confrontación que se da también en el seno de Podemos. La diatriba tendría otro cariz si sus protagonistas no fuesen ministras del mismo Gobierno. Confiere al Consejo de Ministros, en cuanto a sus atribuciones de impulso legislativo, la potestad de dirimir sobre una cuestión que debería abordarse en un ámbito menos institucional y partidista; en un ámbito más científico y filosófico.
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