Secciones
Servicios
Destacamos
Nada mete más miedo en el cuerpo que el propio miedo. El bicho, el miedo, se alimenta de sí mismo y se fagocita. Se gusta y se engendra. Copula con la ignorancia y gesta miedos mayores. Procrea temores inmensos y pare terrores a diestro y ... siniestro. El que ahora nos toca tiene nombre de enfermedad de la vid, como el mildiu, la botrytis o la excoriosis: coronavirus. Caja Rioja, antes de morir por aquella epidemia que se llevó a todas las cajas por delante, daba un premio al viticultor que encontrase la primera mancha de mildeo. Ahora, las teles se lo darían al que se pasase por el estudio a contar cómo le tosió en la cara un taxista de Milán. Y luego, montaría una de tertulianos con mascarillas y trajes NBQ. Y un big brother con media docena de positivos conviviendo en un piso de estudiantes. O en una residencia de mayores, que les gusta mucho salir en la tele. Y pasar miedo. Que de eso se trata. Del miedo. Y de seguir hablando de lo que no tenemos ni idea. Como siempre.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.