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En este texto narrativo, que rescata del pasado la figura de la pintora italiana del Renacimiento Sofonisba Anguissola, José María Merino no manipula el pasado con el objetivo ideológico de convertir a una persona de carne y hueso en una fantástica precursora de un feminismo ... que en su época ni se olía, sino que se limita a recrear honestamente la realidad.
Sofonisba Anguissola comparece en estas páginas como lo que fue: una mujer carente de una formación académica, pero poseedora de un genio innato y una decidida vocación por el retrato, que llegó a la corte de Felipe II, a quien pintó en un conocido cuadro, formando parte del séquito de Isabel de Valois. La novela se inicia con la recreación de la vida familiar de la artista en sus primeros años, cuando sus padres, gente de una nobleza modesta, cuya riqueza se reducía al amor a la cultura y a las artes, reciben una carta del ya anciano Miguel Ángel Buonarroti felicitando a la muchacha por el talento que muestra en sus primeros dibujos. De ese primer capítulo de la 'Vida de Sofonisba' pasamos a las 'Notas del confinamiento', que corresponden a la propia vida del autor con su esposa en su piso de Madrid en los días de la reclusión impuesta por la pandemia. En esas páginas habla de su existencia cotidiana, de su perplejidad ante las calles desiertas, las noticias que recibe de contagios y muertes; de la música y las lecturas con las que él y su mujer pasan dichas fechas. Y habla también de una joven vecina a la que divisa desde el balcón. Sirviéndose de unos prismáticos, comprueba que se halla sumida en la lectura de un biografía sobre una pintora que no podía ser otra que Sofonisba Anguissola, por la que él a su vez siempre había sentido un especial interés. Además de las notas que toma de ese libro, la chica, que se llama Teresa, dedica también horas a la redacción de un texto, 'Terapia de Tere', al que el lector va a tener acceso. En él, ese personaje vierte sus reflexiones y desahogos sobre el pintor con el que ha estado viviendo hasta ese momento y al que considera un ser egoísta con el que deber romper de modo definitivo. De este modo, la acción narrativa se desarrolla en dos tiempos distintos: en el siglo XVI, en el que vive Sofonisba, y en nuestra época, en la que se mueven el propio José María Merino y esa laboriosa vecina con la que en un momento toma contacto para averiguar que tiene un trabajo de bibliotecaria. Así, van a alternarse la historia de la artista renacentista, ilustrada con sus cuadros más representativos, la existencia cotidiana del escritor y la relación a la que su vecina ha decidido poner fin.
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