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Las vidrieras instaladas en la catedral de Santo Domingo de la Calzada. Albo
El mensajero siempre tiene quien lo mate

El mensajero siempre tiene quien lo mate

Un periodista está obligado a ser crítico con el poder y fiel a la verdad incluso cuando incomode a sus lectores

Domingo, 26 de febrero 2023

En este primer artículo que publico en Diario LA RIOJA me gustaría hablarles de periodismo. Por vocación y servicio, quienes ejercemos este oficio estamos obligados a ser críticos con el poder, constructivos con la sociedad, leales a los hechos y fieles a la verdad, incluso cuando divulgarla incomode a nuestros lectores. Si el mensaje estorba, la primera tentación es matar al mensajero. En esta profesión estamos acostumbrados a recibir presiones y la mejor forma de afrontarlas es sentirse parte de una redacción fuerte y cohesionada que cree en lo que hace, que trabaja con apego a los principios de verificación, contraste e independencia, y con el compromiso de rectificación en caso de caer en el humano error.

Visitaba hace unos días Santo Domingo de la Calzada. En la catedral del Salvador pude ver el gallo y la gallina blancos que la habitan, el ornamentado sepulcro del santo y las recién instaladas vidrieras de Marko Rupnik, también autor de la decoración de la cripta. Me gustaron las obras creadas por el jesuita para cubrir los vanos. Los colores rojizos y anaranjados que ha elegido filtran una luz que dota al interior del templo de una acogedora calidez ambiental. Pero el artista esloveno fue sancionado por la orden a la que pertenece por «abusos» cometidos contra monjas de la Comunidad Loyola en su país. El caso no llegó a los tribunales.

Esos episodios en la biografía de Rupnik, recogidos por medios de comunicación de dentro y de fuera de España, son lo bastante relevantes como para no omitirlos en la información sobre su nueva obra en La Rioja. Y así procedió Javier Albo en el reportaje que publicó este periódico. La crónica del corresponsal causó «asombro, disgusto y perplejidad» al doctor en Derecho Canónico y en Derecho Civil Arturo Calvo Espiga, que le dedicó al periodista un artículo no muy caritativo en la hoja parroquial calceatense. En su escrito descalifica a Albo por «intentar tejer un cruel manto de sospecha» sobre los sacerdotes que administran la catedral. Y todo por hacer bien su trabajo, que incluye formular preguntas, por molestas que resulten. No obtuvo respuesta, por cierto, a la cuestión de si conocían las acusaciones que pesaban sobre el maestro del arte sacro antes de encargar las vidrieras.

Sólo unos días después de la instalación de las cristaleras, el diario ABC, poco sospechoso de provocar a la Iglesia con asuntos arbitrarios, difundió una información en la que desvelaba que la Compañía de Jesús había recopilado en las últimas semanas «testimonios creíbles» de personas de diversos ambientes y lugares sobre «abusos de conciencia, acoso espiritual, psicológico o sexual» cometidos por Marko Rupnik hasta 2018 contra mujeres adultas, tanto monjas como laicas. La orden religiosa, que hizo público su informe, mantiene la prohibición de ejercer el sacerdocio que pesa sobre el investigado y le obliga, además, a interrumpir su actividad artística. No sé si el corresponsal de ABC en el Vaticano, Javier Martínez-Brocal, que firmaba la crónica del diario madrileño, aparecerá también en la hoja parroquial de Santo Domingo y si será objeto de similares reproches que el Javier local.

El periodismo debe moverse en la indagación. Ocultar la realidad, edulcorarla o deformarla suele ser de poca ayuda para mejorarla. La resistencia del Gobierno de Rodríguez Zapatero a llamar a la «crisis» del 2008 por su nombre no sirvió sino para retrasar las medidas con las que atajarla. En La Rioja el vino es tan sagrado como en la eucaristía, es difícil encontrar a alguien que no tenga algún vínculo directo o indirecto con el sector y todo lo que afecta a este puntal de la economía regional es materia sensible. ¿Pero a quién ayuda maquillar los datos?

Si las existencias exceden la capacidad comercial, el problema es ese y no el hecho de contarlo, y si la campaña concluye con una caída de ventas, ¿de qué sirve subrayar que el mercado nacional ha cerrado en positivo si lo que preocupa es el mercado exterior? Cuanto antes se asuman los resultados y se analicen las causas más cerca estarán las soluciones. Es poco práctico, además de injusto, enfadarse con el mensajero. Hablo en este caso de Alberto Gil, un redactor que se ha ganado el respeto como referente en un materia que nadie domina como él y al que le toca divulgar las verdades del barquero sobre el vino aunque importunen, porque lo contrario sería arriesgar su credibilidad, lo más valioso que tiene un periodista, que siempre responde de su firma. El propio presidente del Consejo Regulador, Fernando Ezquerro, es claro en una entrevista concedida a Gil y reconoce que esta crisis es más complicada que las anteriores. «Esta Rioja nos ha llevado hasta aquí y ahora hay que pensar en la Rioja de los próximos veinte años». Pensemos.

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