Ménage à trois

Los primeros años sesenta en Francia estuvieron enrarecidos por el trasfondo político de la guerra colonial en Argelia. Para no crispar los ánimos más de lo debido, Truffaut adoptó cautelosas medidas para emprender su tercer largometraje tras el fiasco que le supuso Tirez sur le pianiste. Necesitado de un éxito recurrió a la adaptación de la novela homónima del escritor desconocido, Henri Pierre-Roché, sobre un triángulo amoroso.

Truffaut estaba persuadido de tener a la intérprete ideal para el papel de Catherine, la mujer fatal del relato, y alentado por su relación sentimental con Moreau, decide arriesgarse con el proyecto a sabiendas que la historia es algo subversiva por contar la amistad que entablan un alemán, Jules (Oskar Werner) y un francés, Jim (Henri Serre).

Antes de la I GM, Jules y Jim traban en París un vínculo de afecto indestructible. Conocen a Catherine y gozan de una relación sin barreras y apasionante. Jules se casa con Catherine y se trasladan a Alemania. Estalla la contienda europea y los amigos pelean en bandos enfrentados. Tras la guerra, Jim se ha convertido en un periodista de prestigio y visita a la pareja. A partir de aquí ya nada es lo mismo.

Truffaut era un obstinado romántico y aquí, con su habitual tacto y sensibilidad, dibujó una bella historia de amor nostálgica y de mucha inventiva. Fraguó un triunvirato libérrimo pero sujeto a los claroscuros de los sentimientos. Empleó varios registros, comedia, drama y tragedia para suscribir una elegía sobre la encrucijada de las emociones.