Medidas contra el descontrol
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No estamos ante un problema político, sino ante una necesidad sanitaria; es urgente actuar ante la transmisión comunitaria del coronavirusSecciones
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No estamos ante un problema político, sino ante una necesidad sanitaria; es urgente actuar ante la transmisión comunitaria del coronavirusCataluña ha sumado en las últimas 24 horas contabilizadas ayer cerca de un millar de nuevos casos de contagio del coronavirus, de los que el 70% corresponden al área metropolitana. La razón principal de este aumento es, obviamente, que la pandemia se extiende, pero también ... que cada vez se realizan más tests PCR, que detectan casos asintomáticos que antes no hubieran sido diagnosticados. Sin embargo, lo más preocupante es que se ha perdido el control de las cadenas de contagios en esa zona, con lo que la expansión del virus se realiza mediante la transmisión comunitaria, que tiene difícil solución si no es mediante el confinamiento de las poblaciones afectadas. En cualquier caso, la competencia sobre estas medidas recae ya en la Generalitat, una vez concluido el estado de alarma, tan criticado por los nacionalistas. Como declaraba ayer el líder del PSC Miquel Iceta, «el Govern ha dado lecciones y ahora se ve que no lo hace mejor». La habilidad gestora de Torra, que nunca fue reconocible, sigue ahora sin mostrarse. De hecho, la irritación de los municipios metropolitanos de Barcelona ha ido 'in crescendo' estos días porque ni se les tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones, ni se les comunica la evolución de la pandemia, ni se les consulta sobre las medidas adecuadas. El caos es tan notorio que ni siquiera se imparten ordenadamente las instrucciones sobre la conveniencia del confinamiento o de otras medidas de seguridad.
Por ahora resulta innecesario un confinamiento general en el Estado, pero si la incompetencia o la falta de recursos –entre otros, de los trazadores necesarios– obligaran a ello tendría unas consecuencias económicas insoportables para muchos. Tampoco se oculta que lo que ocurre en Cataluña tiene carácter disuasorio en toda España: será difícil que vengan turistas a cualquier parte de nuestro territorio cuando Francia está pensando en cerrar las fronteras con Cataluña.
Así las cosas, si la Generalitat no consigue en horas el control del territorio, puede ser necesario que el Estado vuelva a decretar el estado de alarma, al menos parcial sobre los territorios catalanes y aragoneses más afectados. No estamos ante un problema político –vaya por delante esta evidencia–, sino ante una necesidad sanitaria extrema, en la que están en juego la vida de las personas y la supervivencia económica del país.
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