El marxismo de Casado

Digo que Casado se ha hecho marxista, porque a Groucho Marx se le atribuye la frase «Caballeros, estos son mis principios, pero, si no les gustan, tengo otros», aunque parece que la frase no la dijo Groucho, sino Chico Marx, eso sí, disfrazado de Groucho, en la película Sopa de ganso. Y es que da la sensación de que Casado, tras la debacle en las elecciones generales al Congreso y al Senado, ha cambiado de principios, lo cual puede parecer bien raro, pero, en los tiempos políticos que corren, no debería extrañarnos, pues casi todo vale para conseguir un mayor puñado de votos. Resulta que Rajoy y su heredera natural, Soraya Sáenz de Santamaría, eran más bien centristas y parece que Casado planteó su campaña para la presidencia del partido abogando por una derecha más radical, más aznarista, sin demasiadas concesiones al centro político. Con estas ideas acudió a las elecciones generales, después de hacerse con la presidencia del Partido Popular, a pesar de que no fue el ganador de los militantes, sino por decisión de los delegados, también riojanos. El batacazo fue fenomenal: perdió la mitad de sus representantes en el Congreso y en el Senado. Aquí llegó lo curioso: en vez de dimitir y dejar paso a los centristas de Soraya, decide convertirse al centrismo y dar un giro a ¿sus ideas? Me parece que esto es llevar a la práctica la frase marxiana, ya que viene a decir: «Estos eran mis principios, pero, como no les gustan a los votantes, tengo estos otros».

Llama la atención la poca integración de los centristas de Soraya en los nuevos órganos de dirección del Partido Popular, también el La Rioja, aunque, cuando salga esta columna, ya habrán sido las elecciones europeas, autonómicas y municipales y, si los resultados del PP no mejoran, puede que Casado vuelva a segundo plano. Y sus acompañantes riojanos también. Deberían.