Martini Vodka

Es caprichoso el destino y esta gente nunca sabe si va a quedar inscrita en las paginas de la comedia o en los capítulos heroicos de la hemeroteca. Le ha pasado a Puigdemont, pantomima del separatismo del que recordaremos que salió como un cobarde hacia la frontera metido en el maletero de un coche para huir de la justicia.

Todavía queda un año de esta legislatura migrañosa, el capítulo final para un gobierno que ha sido como el Martini Vodka de James Bond: «agitado, no mezclado», porque hemos presenciado muchas sacudidas en este batiburrillo de partidos amalgamados por el PSOE que nunca han empastado del todo. Ya aseguró Pedro Sánchez antes de las elecciones que nunca habría coalición porque «no dormiría tranquilo con ministros de Podemos en el Gobierno». Es un gran funambulista y lo sigue demostrando.

No sé cómo se recordará a Sánchez y estos años de gobierno que siguen engendrando un escándalo tras otro: La Ley del 'sólo sí es sí', los indultos, lo del Sáhara, la reforma del delito de sedición, la injerencia en la justicia o los estados de alarma inconstitucionales me vienen a la cabeza sin hacer ningún esfuerzo. Yo espero que nunca se nos olviden los socios que ha tenido en esta demolición. Días antes de que censuraran la palabra 'filoetarra' en el Congreso de los Diputados, Otegi le dedicó un cariñoso recuerdo al etarra fallecido Kepa Aira 'Kinito' condenado entre otras cosas por asesinar a un taxista y a un guardia civil: «Ha sido un honor compartir nuestro camino juntos», publicó el afectuoso Arnaldo.