Como la mayoría, no me dedico a la geopolítica ni a las relaciones diplomáticas, y sin embargo, no puedo dejar de pensar en la palabra tregua dicha por Netanyahu tras quince meses de guerra. ¿Qué es una tregua? ¿Un perdón en diferido, una sensatez momentánea, ... una estratagema? Ayer fue el día del anhelado alto el fuego en Gaza gracias a la tregua entre Israel y Hamás, pero ¿qué pasará después con lo que conlleva esa palabra, con todas las palabras que usaremos para contar el devenir de lo irreconciliable? Porque una cosa es detener las bombas y liberar prisioneros, y otra cosa es pasar página.
Publicidad
Una tregua es el único espacio donde podemos jugar a ser dioses y frenar la inercia de los acontecimientos, por eso es un término tan literario. Sé de al menos dos novelas que tienen ese título, 'La tregua', y no me extraña porque el término sugiere una narrativa repleta de valentía y mucha imaginación: ¿cómo será la tregua entre Hamás e Israel, si el grupo islamista mató a más de 1.200 personas y secuestró a 251 en aquel ataque salvaje del 7 octubre de 2023; cómo se puede hablar de tregua si, en respuesta a esa barbarie, Israel ha machacado Gaza causando más de 46.000 muertos y cien mil heridos?
En 'La tregua' de Mario Benedetti, el escritor uruguayo cuenta la historia de un hombre viudo que, a punto de jubilarse, se enamora de una joven compañera de trabajo: su vida, que estaba sentenciada por el tedio y la rutina, resucita con la inesperada y tórrida historia de amor que inician; así será hasta que su compañera desaparece, y con ella, esa ilusión de una vida posible. En 'La Tregua' de Primo Levi, el italiano narra cómo fue su propio viaje tras su liberación del campo de concentración de Auschwitz, donde estuvo preso durante la Segunda Guerra Mundial; las páginas recorren el trayecto desde Alemania hasta Turín y lo que ve y siente hasta llegar a su ciudad natal, donde habría de rehacer su vida, o lo que quedara de ella. Ambos argumentos no pueden ser más distintos, pero nos preguntan lo mismo: ¿es posible volver a vivir después de tanto?
Una tregua es un laberinto de agua, un territorio emocional paralelo y pasajero que nada tiene que ver con lo previo y lo posterior, ya sea en una oficina ficticia en Montevideo o en los trenes desde los que Levi observó la devastación humana en 1945. En los libros, cuando termina la tregua, es como si se acabaran las palabras y solo nos quedaran los significados. Y ahora, aunque las bombas puedan parar, aunque los rehenes de ambos lados vuelvan a casa, no sé cómo pasaremos página con la tregua de Gaza, qué palabras podrán nombrar el olvido que requiere.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.