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Parecía una bomba

Parecía una bomba

La literatura negra nos explica la maldad, pero cómo contar el trampantojo del nuevo Pentágono

Marta San Miguel

Lunes, 27 de enero 2025, 00:03

Habíamos pedido una bomba, así se llaman las croquetas de tamaño desmesurado en los bares de Pamplona; sin embargo, cuando nos la sirvieron, el pincho venía en un recipiente de plástico que efectivamente tenía la forma de un explosivo. Siempre había llamado fritos, o croquetas, ... a esos colosales aperitivos de la gastronomía navarra, pero esta bomba era un trampantojo efectista, una masa brillante y deliciosa coronada por un pompón de carne mechada sobre el que vertían un líquido que empezó a echar vapor grisáceo, como si fuera a estallar. Pensé que la bomba se debía a esa interlocución que a veces tiene la gastronomía con los eventos, y como Pamplona estaba inmersa en su festival de literatura negra y policiaca, el Pamplona Negra, que suma once ediciones, quise trazar ese vínculo. Lo literario, lo narrativo y lo periodístico se mete en las costuras de las ciudades, de las casas, de cada uno de nosotros, incluso en lo que comemos, porque los relatos al final nos explican todo aquello que sucede, así que empecé a imaginar por los bares de lo 'viejo' pinchos de balas de chistorra, huellas dactilares en flores de alcachofa, análisis de sangre de pimiento rojo de Lodosa, autopsia de cardo.

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