Era sábado
La mirada de Víctor es lo que más recuerdo un año después, ese frío en la celebración
Marta San Miguel
Lunes, 7 de octubre 2024, 00:01
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Marta San Miguel
Lunes, 7 de octubre 2024, 00:01
Estábamos en el aula magna de la facultad donde habíamos estudiado hacía veinte años. Era sábado por la mañana. Sentados en nuestras antiguas mesas, lo recordábamos más grande. Es lo que tiene la memoria, que distorsiona la envergadura de los sucesos, pero allí, a ese ... aula de la Universidad de Navarra, volvimos por la efeméride, por hacer del tiempo algo redondo, por la necesidad de mantenernos atados a un origen donde cobra sentido lo que viene después. Hablaban profesores, antiguos alumnos, se proyectaban vídeos. Y nosotros atendíamos veinte años más mayores, más responsables, o sumisos, o serenos. Saqué con disimulo el teléfono para mirar la hora, pero entonces vi un aviso de 'Urgente' del periódico. Hamás había infiltrado decenas de milicianos en Israel y había lanzado más de 2.500 misiles desde la Franja. Puse el móvil encima de la mesa y le di un codazo a mi amigo Víctor para que mirara la pantalla que le puse delante. Su mirada es lo que más recuerdo un año después, ese frío en mitad de la celebración.
El acto acabó y pasamos el día reencontrándonos con antiguos compañeros. Hablarnos era como dar al F5 para refrescar el ordenador y que todo siguiera funcionando como siempre; contándonos qué habíamos hecho, los hijos, los proyectos, los cambios. Luego, la foto, el selfie, y tras el abrazo, de nuevo vuelta a la pantalla para arrastrar el dedo y que se actualicen los titulares. Y los titulares iban a más, cada vez peor: ataques sin precedentes desde la Franja, Netanyahu diciendo «estamos en guerra y ganaremos», fotos con cuerpos ensangrentados, rehenes, la masacre en un festival de música. La información iba subiendo de intensidad a medida que caía la noche. Pero la información no se fue a dormir como nosotros.
Al día siguiente volvimos a casa, a nuestras rutinas de familia, con trabajos y menús del día; con extraescolares y reuniones y nóminas. A menudo me acuerdo de ese sábado, de lo que supuso el reencuentro, cuando repito el gesto de pasar el dedo por encima del teléfono para actualizar la web del periódico en mitad de nuestra normalidad, de nuestro bendito día a día en paz que tiene algo de celebración. Doy F5 pero la información no me da lo que quiero leer, o lo que necesito comprender para tragar la guerra que empezó aquel día, en el aula magna. Ha pasado un año desde que leí ese urgente y hoy busco en la efeméride encontrar el origen que dé sentido a lo que ha venido después, a lo que falta por venir, pero no se lo encuentro, y eso me da miedo. Por eso le di el codazo aquel día a Víctor, por eso hoy se lo doy a ustedes.
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