Contar truenos
Eriza el lomo ver crecer el debate en Europa sobre el servicio militar obligatorio
Marta San Miguel
Lunes, 10 de junio 2024, 00:11
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Marta San Miguel
Lunes, 10 de junio 2024, 00:11
Cuando eres chaval, en los campamentos te enseñan a orientarte y a saber la distancia a la que está una tormenta. Al parecer hay que contar cuántos segundos pasan desde que ves el rayo hasta que suena el consiguiente trueno; cuanto menos tarda en llegar ... el estruendo tras el flashazo es que la tormenta se está acercando, hasta que llega. Ya de mayor, si la tormenta te pilla en casa, miras cómo jarrea con cierta vulnerabilidad cómoda, como cuando ves las escenas de una guerra en la televisión pero estás pensando en que aún no has pagado el IBI o que tienes que echar gasolina. Al otro lado del cristal, el agua solo es algo ligero, racheado, gomoso, un espectáculo con un punto aterrador que suele avisar de su llegada. El cielo cambia de color y se vuelve ambiguo, te pone alerta: imagino los árboles estirando la punta de las hojas, los animales con el pelo del lomo erizado al barruntar lo que se avecina. Lo atroz de alguna manera avisa, y que se debata instaurar la mili obligatoria debería de preocuparnos como ese cielo que cambia de color hacia una malva inimaginable.
En el contexto de la guerra de Ucrania, Suecia anunció que iba a restablecer este servicio; en Francia, Macron ha puesto encima de la mesa una formación de un mes que será obligatoria para hombres y mujeres; Alemania se lo está planteando, su ministro de Defensa dijo que había que estar preparado para una guerra en Europa y que había sido un error eliminar la obligatoriedad. De fondo, el argumento que usan los líderes de cada país es la amenaza que perciben de Rusia, pero cabe preguntarse si un servicio militar obligatorio es un refugio, si nos protege, o más bien legitima poco a poco el discurso bélico que llevamos años contando en términos de cercanía o distancia.
Sigamos contando truenos: en Lituania y Letonia es obligatorio tras la invasión rusa, en Finlandia nunca ha dejado de serlo, en Dinamarca va a ser obligatorio también para las mujeres, como en Noruega y en Suecia; en Reino Unido, su primer ministro ha prometido imponerlo si gana las elecciones del 4 de julio. ¿Y en España? La 'mili' desapareció hace más de veinte años y según la ministra de Defensa, a pesar de la actitud de los vecinos europeos, aquí no va a volver. Dejar de mirar la lluvia no hace desaparecer la tormenta, pero ante el paisaje bélico de Ucrania, y también de Gaza, ante la normalización de lo atroz al otro lado del cristal, me pregunto si se nos tiene que erizar el lomo porque en Europa se da por sentado que algo se acerca o más bien porque son incapaces de dar otros pasos que no sean la formación militar a chavales.
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