Secciones
Servicios
Destacamos
Una no se puede hacer ilusiones. Estaba yo tan contenta porque íbamos a casar a Tamara (la ínclita lo anunciaba esta semana vía Instagram) y parece que nos hemos quedado sin boda. Que han pillado al novio comiéndole el boquino a una muchacha en particular ... y a varias en general. Que ojo de loca no se equivoca y el tipo ha resultado ser justo lo que nos parecía; un pijo de bragueta desatinada, un canallita de buena familia y mal comportamiento. Y que el matrimonio, si se hubiera o hubiese producido, tenía pinta de durar lo mismo que dura una hamburguesa en casa de Paquirrín. Pero es que no ha dado tiempo ni a echar la carne a la parrilla.
De momento, la cosa está malamente. Ella se ha quitado el anillo, ha cogido sus perros, su rosario y su vaporizador de agua bendita y se ha refugiado en Villa Meona con mami. Y, lo peor: ha borrado de su perfil la publicación en la que informaba acerca de su compromiso. Lo hacía de una forma profética: «Atrás dejo la perfección mundana por una que para mi tiene mucho más valor: el Amor». Efectivamente, Tamara ha dejado atrás a un perfecto mundano, muy mundano y mucho mundano. Y que no estaba de Dios, que decía mi abuela.
La pena es, después de verla nacer y crecer en '¡Hola!', no la vamos a ver multiplicarse. Nos hemos quedado sin bodorrio patrocinado y sin poder echarnos al coleto modelazos carísimos, señoras de cara alicatada, hermanos de tres padres distintos, damas de honor 'influencers', un premio Nobel apuntalado y descendientes de la pata del Cid a los que diez generaciones separan del hambre y de la realidad. Todo por enamorarse de un sospechoso habitual. Veintidós años llevamos de siglo XXI y todavía no nos ha dado ni una alegría. Ni una.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.