Con seguridad, querido lector, te es conocido el cuento 'El traje nuevo del emperador'. Ese excepcional y único traje que unos sastres le cosen a un emperador para que sea la admiración de su pueblo y de los poblados vecinos. Realizado con tejidos extraordinarios y ... hechuras inigualables. El ropaje, al salir a las calles para ser admirado por los súbditos, es desestimado por la inocencia y la sinceridad de los niños que advierten de la verdadera naturaleza del traje: Tal vestimenta no existe, el emperador va en cueros.

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Al igual que este relato podríamos mencionar 'El patito feo', ese patito más feo, grande y torpe que sus hermanos, los cuales le relegan por su fealdad. Sin embargo, cuando crece, se convierte en un animal hermoso, pues es un cisne. Bien, podríamos citar otros más de ciento sesenta cuentos porque hablamos, y lo sabréis, de Hans Christian Andersen. El hijo de un humilde zapatero que consiguió labrarse un gran nombre en la literatura danesa y universal. De hecho el 2 de abril, fecha de su nacimiento (2 de abril de 1805) celebramos el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, y lo celebramos desde 1967. Sirvan pues estas líneas al propósito de alentar a las familias a acompañar a sus hijos a bibliotecas; a actividades lectoras; a leer con ellos; y a interesarse por sus lecturas.

Pero el día 2 de abril es así mismo la fecha creada por la ONU, en 2007, para realizar acciones destinadas a sensibilizar y concientizar a las personas sobre las condiciones del espectro autista.

Fue la organización estadounidense Autism Speak quien ideó la campaña Light It Up Blue, en la cual se le pedía al gobierno de ese país que iluminase de azul los principales edificios gubernamentales. Esta idea se extendió a varios países. ¿Por qué azul? Tal como citan las asociaciones más involucradas con el espectro autista, el azul simboliza, de alguna manera visible, los estados de ánimo que viven a diario las familias y las personas con TEA. «A veces el azul es brillante y calmo como el mar en un día de verano, y otras, ese azul oscurece y se disipa como un mar en tempestad».

El color azul y los lazos azules se han transformado en un símbolo del autismo, de las acciones encaminadas a concienciar de la complejidad de este trastorno y de la necesidad y el deber que todos tenemos de conocernos, conocer, respetar y ayudar a la diversidad.

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Y así como en 'El patito feo' o en 'El traje del emperador', la apariencia no tiene que ser lo que en verdad somos. Y lo que somos no lo determina solamente cómo nacemos, sino también cómo nos ayudan la familia, los centros y la sociedad a crecer mejores, más capaces, a andar con nuestros propios zapatos, a ser «de un azul más brillante».

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