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Mardito sea el dinero, que con él se compra too», cantaba Miguel de Molina con esa hondura de voz que penetra el alma como la niebla en esta España nuestra. Un día de octubre de 1942, el cantante guardó su voz en la maleta y ... partió al exilio para salvar la vida. Agentes de la dictadura le dieron una paliza por rojo y por maricón. Como a Lorca. A él le rompieron los dientes y le arrancaron el pelo, al poeta amigo lo mataron. 'Ojos verdes' cantó en el barco que lo alejaba de la amada patria. El exilio no fue su elección, no le quedaba otra.

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