Si Núñez Feijóo, como Aznar, tiene un cuaderno azul para anotar lo esencial no duden que en letras grandes y subrayado en rojo (Sonría. Sí, en rojo), tiene desde el lunes anotado el nombre de Silvia Intxaurrondo.
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Esta periodista de TVE tuvo la osadía de ... ejercer su profesión. Encendió la luz y vimos con claridad que algunas de las tajantes afirmaciones de Feijóo no eran ciertas aunque lleve toda la campaña repitiéndolas. Cuando en TVE insistió en que el PP siempre ha revalorizado las pensiones conforme al IPC se escuchó algo tan sincero como: «No es correcto». A él que lleva tiempo insistiendo en que nunca ha mentido, ni miente, ni mentirá se le dibujó en el rostro un gesto de soberbia mientras rebatía que la equivocada era ella, pero la periodista replicó con la fuerza de los datos. Entró en el plató la realidad y mostró a un contrariado Feijóo conteniendo la mala leche. El dato falso ya lo coló en el debate de Atresmedia y ya se lo refutó Alsina en Onda Cero. No entiendo por qué ha seguido insistiendo. Si es maldad o ignorancia no lo sabremos nunca pero es evidente que lo hace para no asustar sobre sus intenciones futuras a los más de 9 millones de pensionistas. Aunque solo él es responsable de la falsedad, en el PP no han dudado en colocar sobre la hoguera inquisitorial a Silvia Intxaurrondo porque no guardó silencio como quienes van de estrellas del firmamento televisivo. Retumba hoy la oportuna reflexión de Manuel Jabois, al recibir el premio Mariano de Cavia que otorga ABC: «Esta profesión, aunque no lo parezca, se inventó para luchar contra los bulos», dijo.
El eco de la falsedad ha sido un resbalón notable porque ha puesto en entredicho la veracidad de todas las 'incorrecciones' que soltó en el debate con Sánchez así como la limpieza de su victoria. Por ello en el cuaderno azul de Feijóo, junto al nombre de Silvia Intxaurrondo, está escrito: «Urgente: Que la despidan, pero que parezca un accidente». El ganador ha quedado retratado, de ahí la airada reacción del PP. El otrora moderado González Pons ha acusado a la televisión pública de ser un partido político que va a perder las elecciones. Solo le ha faltado añadir que, en cuanto alcancen la Moncloa, realizarán en el ente público la pertinente purga.
La incomparecencia en el debate de TVE será tácticamente legítima pero, en democracia, es un gesto de arrogancia contra la ciudadanía. Ir de sobrado y esconderse es una contradicción muy poco estética. Solo es coherente con su cuestionamiento de lo público y de sus trabajadores, como en el caso de Correos. Está obsesionado Feijóo, como Trump, en crear dudas sobre la limpieza de las elecciones por si fuera preciso deslegitimarlas si no llegan al gobierno. Lo único cierto es que la verdad se ha extinguido como en su tiempo lo hicieron los dinosaurios.
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