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Teniendo en cuenta que todo cambia a velocidades meteóricas en este mundo nuestro y sabiendo que en política no siempre es la racionalidad sino las emociones las que mueven el voto, dibujar futuros se antoja complicado. En las calenturas del verano me permito confesar un ... estado emocional que puede ser compartido por quienes se preocupan por el devenir de las democracias occidentales. Así que haciendo una interpretación libre de las enseñanzas del gran pensador ilustrado Spinoza, les diré que la semana pasada vivía mi ánimo abismado en el temor (una tristeza inconstante) y sin un ápice de esperanza (una alegría también inconstante). Pero esta semana, la posible candidatura de Kamala Harris a la presidencia de los Estados Unidos me ha devuelto al camino de la esperanza y me ha alejado del precipicio del temor. Intuyo, sin embargo, que Donald Trump que vivía la semana pasada instalado en la seguridad (alegría que nace de una idea de la cual ya no hay motivos para dudar), quizá esté hoy instalado en los abismos del temor.

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larioja Alegría inconstante