El mandato de Pedro Sánchez al frente del Gobierno se convirtió en una montaña rusa poco después de su toma de posesión y casi hasta hoy. ¿Y ahora qué? Pues, parece que las negociaciones entre los interlocutores de la Moncloa y el independentismo irredento catalán ... están cubiertas de nubarrones. El tira y afloja se prolonga desde hace varias semanas. Pero Puigdemont exige un compromiso firme y creíble acerca de la celebración en Cataluña de un referéndum de autodeterminación a cambio de los votos favorables de los diputados de Junts en la investidura de Sánchez.

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Los cierto es que durante todo su mandato, al presidente en funciones le han caído varios chuzos de punta. Si se hace un recuento tenemos una pandemia mundial, de la que salió el Ejecutivo con éxito al frenar los efectos de la crisis sanitaria gracias al escudo social, con una población vacunada en plazos récord y con la detención de despidos en cadena, gracias a los ERTE. Tuvieron lugar la catástrofe del volcán de La Palma, la masiva entrada de migrantes en Ceuta, origen de una crisis en la que perdieron los saharauis y Marruecos salió triunfante; la crisis de refugiados procedentes de Afganistán y, la guinda del pastel -o eso creíamos hasta hace poco- la invasión de Ucrania por parte de Rusia que llevó a Europa al borde del precipicio económico y energético.

De todo ello ha ido saliendo el Gobierno. Más aún, la economía ha funcionado positivamente y se han exportado a Europa recetas 'made in Spain' para aminorar, por ejemplo, las conflictivas tarifas eléctricas. Llegamos así a la presidencia del Consejo de la UE a partir del segundo semestre de este año. Y, lo imprevisto. Hamás realiza una incursión salvaje en Israel, provocando una masacre y desencadenando las iras de los judíos contra Palestina. Nos sumergimos así en una nueva y terrible situación internacional. Los países árabes han hecho piña con Palestina y contra Israel. Ello ha provocado la alerta de seguridad ante el temor de atentados yihadistas en nuestro mundo occidental.

¿Había siquiera soñado Pedro Sánchez tal cúmulo de circunstancias adversas? Creo que no. Y para rematar, sigue la enrevesada negociación actual para conseguir los votos necesarios para su investidura. Algunos especialmente díscolos como los de Junts, dictados desde Waterloo. Un asunto que parece atascado en estos momentos. Habrá que concluir en que al igual que el que se aventura en los deportes de riesgo, Sánchez practica la resistencia extrema. Debe ser agotador.

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