Demasiados pelotazos

Aunque la «vida de cardenal» ya no es lo que era

Domingo, 12 de marzo 2023, 00:57

La corrupción se define como «todo abuso del poder público con el objeto de obtener gratificaciones de índole privado o beneficios políticos». En ese concepto entran múltiples actitudes y formas de actuar que bien conocemos.

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El caso Gürtel, que ha supuesto una sanción al Partido ... Popular y que ahora vuelve a la palestra por el juicio al ex presidente valenciano Francisco Camps que, ante los jueces, traslada la responsabilidad hacia la cúpula del PP, negando cualquier relación con los protagonistas de la trama ya en prisión.

Otro caso muy visible, que veremos como termina, es el de las relaciones económicas entre la dirección del Barça y el vicepresidente de los árbitros que se está investigando. O, recién salido del horno, el caso llamado Mediador que salpica a la Guardia Civil como el efecto más lamentable y que parece ser una estafa chapucera en la que empresarios y políticos socialista intentaban sacar tajada utilizando los métodos lamentables más viejos que el mundo.

Todo ello son ejemplos próximos en el tiempo, con personas que tientan a otras que caen en la trampa y en determinados casos cometen delitos flagrantes para intentar vivir muy bien con dinero ajeno. Buscan dar un pelotazo para elevar su estatus y alcanzar todo lo que la publicidad presenta como muy apetecible.

Dicho en términos populares lo que buscan es «vivir como un cura»; nadar en la abundancia sin dar golpe. Este es sin duda el objetivo de muchos de esos amigos de meter la mano en el erario público.

Pero la vida del clero ya no es como antes. Los curas deben estar muy preocupados viendo lo que está sucediendo con sus jefes, los prelados. El año pasado, el Papa Francisco ya empezó a modificar las condiciones de los cardenales rebajándoles un 10% el sueldo. El ahorro debía ayudar a abonar las nóminas de los trabajadores del Vaticano.

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Desde el principio de su pontificado, el Papa había pedido con poco éxito a los purpurados que desecharan los bienes terrenales. Pero este año, ha ido más lejos disponiendo que príncipes de la iglesia, obispos y otros altos cargos de la curia paguen su alquiler, hasta ahora gratuito, en las viviendas propiedad de El Vaticano,

A ver si con ese ejemplo, los potencialmente corruptos dan un paso atrás y se limpia un poco el panorama político. Podrían darse cuenta de las condenas que les pueden caer y de que la deseada vida de cardenal, tampoco es lo que era.

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