Las teles españolas se pasan el día hablando de Kamala y de Trump. Y sin embargo, allí, en Estados Unidos, a duras penas saben ni quién es Felipe VI ni Pedro Sánchez. Y no lo saben porque sean unos ignorantes. No lo saben por la ... misma razón por la que nosotros no sabemos cómo se llama el primer ministro de Bulgaria o el rey de Bélgica. Por nuestra insignificancia política. Porque no es necesario almacenar ese saber en tu cerebro, pues nunca lo vas a necesitar. Yo no sé quién va a ganar, por nuestro bien espero que sea Kamala Harris, a quien tuve el gusto de conocer hace unos años en Chicago. Es una mujer magnética. Una vez que la contemplas y le das los buenos días se dibuja en ella una sonrisa omnipotente. Es enérgica y amable a la vez. Sabe que es una mujer en un mundo en donde jamás ha habido una presidenta de los Estados Unidos.

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Los americanos, al menos hasta ahora, es gente práctica. En España hay mucho antiamericanismo, es comprensible sobre todo si no se ha vivido allí. Si se ha vivido allí es muy difícil que te tragues las trolas baratas que hablan de ese país como si fuese el reino del mal, y cosas de esas. Haríamos bien en preguntarnos por qué les va tan bien, por qué no tienen paro, por qué tienen el PIB más alto del planeta. Se pasan la vida trabajando. Porque el trabajo allí no está criminalizado como en España. Tienen las mejores universidades del planeta y también los mejores hospitales. Nos ponen nerviosos los americanos porque en España un chaval con estudios universitarios gana mil euros al mes con suerte, y en EE UU gana cinco mil dólares. Eso pone muy nervioso a cualquiera. Sin prosperidad económica nada es posible, ni el progreso, ni la cultura, ni la ciencia, ni la universidad, ni la empresa. Ese es el saber práctico de los americanos. Se dedican a trabajar y ganar dinero.

Los americanos sí saben quiénes son los alemanes, los británicos y los franceses, porque también saben ganar dinero. Si no saben de nosotros es porque tenemos poco dinero. Pero nos gusta tanto ser pobres. Con dinero te puedes comprar libros y entradas para el teatro o la ópera. Con dinero tus hijos pueden estudiar en una universidad de verdad y no en una española, que dan pena. Gane quien gane seguirán haciendo dinero. Gane quien gane seguirán construyendo empresas, aviones, coches, autopistas, rascacielos. Si gana Kamala, como espero, viviremos una segunda historia afortunada del imperio americano. Porque Estados Unidos no es un país. Es un imperio. Y Kamala es la esperanza. Un billete de cien dólares siempre será mejor que uno de diez euros.

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